Soberón, un calvario con varias lesiones distintas

Mario Soberón afronta desde mediados de diciembre, cuando volvió ante el Eibar y solo jugó 21 minutos después de dos meses de baja por una lesión en el isquiotibial, la recuperación de su nueva dolencia muscular consecutiva, esta en el recto anterior del cuádriceps derecho, en un calvario que empezó en Tenerife el 11 de octubre, después de que el ariete, fichado en este verano, tuviera un espectacular comienzo liguero en el Real Zaragoza, con 6 goles en las nueve jornadas iniciales. En realidad, en estos casi tres meses de lesiones, son varias las que ha tenido y ahora mismo el objetivo es que pueda llegar ante el Málaga, el 26 de enero o frente al Cádiz una semana después.

Soberón se lesiona ahora en el cuádriceps y no volverá hasta enero

El delantero, fichado con la carta de libertad tras no renovar en el Eldense, apenas había sufrido dolencias musculares en su carrera, ninguna grave en todo caso, si bien el curso pasado en el conjunto alicantino arrastró molestias en la rodilla durante un mes y hace tres años, estando en el Atlético Levante, también estuvo fuera algunas semanas por problemas en el tobillo. Sin embargo, ni una ni otra lesión eran musculares…

Soberón, al que en todo este tiempo se le han hecho muchas pruebas, se lesionó en el Zaragoza en la primera parte ante el Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López con una microrrotura a nivel de la musculatura isquiotibial que su pierna izquierda. El pronóstico de esa leve lesión era entre 2-3 semanas. Posteriormente presentó nuevamente molestias pero en otra zona de esa musculatura isquiotibial, lo que obligó a ir con prudencia. A mediados de noviembre, sufrió una nueva rotura, esta en el gemelo. 

“A Soberón un día le molesta el isquio, otro el sóleo, otro la rodilla… No logra encontrar un estado de confianza y es una pena, porque lo está pasando mal”, explicó Víctor el día 22, sin revelar esa nueva rotura pero dejándola entrever. El jugador no forzó para volver ante el Albacete pero lo citó para el choque ante el Granada en Copa, donde calentó para de nuevo no jugar al no verse seguro. Fue baja ante el Deportivo y se esperó a Eibar, donde logró completar toda la semana de entrenamientos previa.

En Ipurua salió por Clemente en el 69 y en un golpeo minutos después notó molestias en el cuádriceps, terminó el partido y las pruebas revelaron que sufre una rotura en el recto anterior derecho. La herida no era importante, aunque es el músculo que más trabaja al darle al balón y requiere de prudencia en la vuelta, por lo que su recuperación va despacio y se espera que a finales de enero o, más bien, principios de febrero pueda volver a jugar.

El ejemplo de Cristian

Tantas lesiones musculares seguidas en diferentes zonas pueden tener muchos factores, pero a veces sucede de manera circunstancial. Cristian Álvarez, el curso pasado, en la 23-24, encadenó tres, una en el isquio izquierdo ante el Andorra, de la que recayó al volver en dos semanas, para quedarse casi tres meses fuera, otra en el sóleo derecho en febrero y la última en el isquio derecho en mayo cuando Víctor le había devuelto la titularidad en tres partidos. Esta campaña, tras un balonazo en el ojo a finales de agosto, que le tuvo tres semanas fuera, el veterano portero lleva tres meses de entrenamiento al máximo nivel y no ha vuelto a recaer y, desde que llegó en la 17-18 hasta el 9 de octubre de 2023 en Eibar, jugó 233 partidos, con una lesión en el codo en 2022 y una muscular en 2019, de dos meses ambas, como dolencias más importantes, aunque su cifra de encuentros en poco más de seis temporadas habla a las claras de lo circunstancial que fue el curso pasado para él.