Real Zaragoza

El Real Zaragoza insiste en el ascenso mientras Ramírez prioriza la modernización del club

El director general admite que sería un fracaso no subir y anuncia una reestructuración inminente en el organigrama, pero el técnico advierte de la necesidad de reformar un club "amateur" en varios aspectos

Ramírez, Fernando López, Miguel Churruca (jefe de prensa) y Lluís López, en el encuentro con la afición en el auditorio.

Ramírez, Fernando López, Miguel Churruca (jefe de prensa) y Lluís López, en el encuentro con la afición en el auditorio. / REAL ZARAGOZA

Jorge Oto

Jorge Oto

El Real Zaragoza apela a la unidad para salir adelante y superar la delicada situación actual, con el equipo de nuevo en tierra de nadie y una Romareda en armas que, incluso, pidió la cabeza del entrenador en el estreno de Miguel Ángel Ramírez ante su nueva afición. Esa petición de apoyo y unidad fue la que presidió este martes la cita, programada desde hace tiempo, entre 300 abonados y la entidad, representada por el propio entrenador, el capitán Lluís López y el director general Fernando López. Todos ellos, respaldados también por el consejero Juan Forcén y el director financiero Mariano Aured, acudieron a media tarde al Auditorio para dar a conocer a la afición las líneas maestras de un proyecto destinado a modernizar el club, pero también escucharon las demandas y críticas de una masa social que el pasado domingo estalló durante el encuentro ante el colista, con empate y gracias final (2-2) para un Zaragoza cuya afición llegó a pedir irónicamente a Ramírez que sacara «otro defensa» así como su salida del club a través del cántico «Ramírez, vete ya», algo inédito en el primer partido en casa de un entrenador del equipo aragonés.

Precisamente, ese comportamiento de la grada fue censurado después por el capitán Lluís López, que en el acto, denominado RZ Contigo, apeló a su orgullo de ser jugador del Real Zaragoza y a una posible malinterpretación de sus palabras reiterando que su reproche se refería exclusivamente al cántico que pedía la marcha del técnico.

EN IMÁGENES | 300 abonados del Real Zaragoza se dan cita en el Auditorio para el "punto de encuentro"

EN IMÁGENES | 300 abonados del Real Zaragoza se dan cita en el Auditorio para el "punto de encuentro" / Miguel Ángel Gracia

Pero fue el director general el que mandó los mensajes más rotundos y no se escondió a la hora de reiterar el que pregonó en verano, cuando aseguró que el único objetivo para la temporada era el ascenso. «Ya es hora de quitarnos las caretas», dijo en agosto. En el encuentro con los abonados, no se retractó y se reafirmó en que la meta no cambia y, de hecho, llegó a hablar de fracaso en caso de no conseguirlo.

Sin embargo, Miguel Ángel Ramírez se desmarcó en cierto modo del elevado grado de aseveración de ese discurso y advirtió la necesidad de priorizar la modernización del club en numerosas áreas antes que pensar en el ascenso. Apeló el entrenador a ese amplio listado que ya ha trasladado a la entidad repleto de aspectos a mejorar en un club que, considera, está anclado en el pasado. Entre ellas, citó las instalaciones de la Ciudad Deportiva, infraestructuras o los recursos informáticos y humanos que llegó a calificar como de club amateur y demasiado lejos de la élite. En este sentido, el director general anunció una reestructuración inminente en el organigrama del club que se hará oficial en las próximas horas.

Hacia 2027

En la cita, en la que se proyectó un vídeo titulado Construyendo el futuro 2027, el club mostró su sorpresa por lo acaecido el domingo en La Romareda. Ramírez reconoció que no se esperaba la airada reacción de la grada por su inacción y demora en la modificación del sistema con tres centrales (el canario argumentó que la elección del sistema está supeditado al perfil de los jugadores), y secundó una llamada a la unidad realizada por el director general en la que el entrenador del primer equipo incluyó a la prensa. 

"Ramírez me ha parecido muy sincero, va de cara y eso me gusta", indicaba a este diario uno de los abonados presentes en un acto presidido por el "buen ambiente".

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