Cristian Álvarez dice adiós

El portero ha comunicado ya al Real Zaragoza su decisión de dejar el fútbol en su octava temporada de zaragocista, libera su ficha para hacer más hueco a los refuerzos y cuelga los guantes tras 236 partidos oficiales y como leyenda del club. Seguirá en la entidad como responsable de Relaciones Institucionales

Cristian Álvarez atrapa un balón en un partido con el Real Zaragoza.

Cristian Álvarez atrapa un balón en un partido con el Real Zaragoza. / CARLOS GIL-ROIG

Santiago Valero

Santiago Valero

Se va el portero y nace, ahora sí, la leyenda. Cristian Álvarez. el último gran capitán desde la salida de Zapater, ha comunicado ya a sus compañeros y al Real Zaragoza su decisión de retirarse, lo que planteó a la entidad el pasado 23 de enero, tal y como contó este diario, y lo que parecía evidente que iba a ser el desenlace porque para entonces la decisión del arquero, en su octava temporada en el club, estaba tomada, por mucho que hubiera gente en su entorno que le intentara convencer para superar una nueva lesión muscular, esta en el sóleo, e intentar despedirse sobre el césped, teniendo en cuenta que acababa contrato en junio. Su retirada deja una ficha más libre, ya que el club no se plantea incorporar a un portero y se queda con Poussin y Femenías, para esta recta final del mercado de fichajes, que acaba este lunes por la noche y en la que la entidad, con la de Cristian, dispone de tres.

El Zaragoza y Cristian ya han llegado a un acuerdo para esos meses de contrato, que era sencillo porque la predisposición ha sido absoluta por las dos partes. El portero seguirá dentro de la estructura del equipo aragonés porque es el nuevo responsable de Relaciones Institucionales. «Cristian no ha sido un portero más. Fue quien nos acostumbró a lo que para la mayoría es imposible. Quien nos sostuvo en el alambre», informó el club para anunciar su nuevo cargo y que será homenajeado ante el Burgos el domingo 16 de febrero (18.30 horas).Por ahí está el futuro del meta argentino, nacido en General Lagos, en Rosario, el 13 de noviembre de 1985, pero de amplia carrera en España, en el Espanyol, el Rayo y sobre todo el Zaragoza, con su deseo de quedarse a vivir en la capital aragonesa.

Eso lo depara el futuro inmediato, pero ahora la decisión del portero, a sus 39 años, ya ha sido comunicada a la entidad y a sus compañeros, aunque todos lo intuían, les llegó tras el empate ante el Cádiz. Después de ocho temporadas, de llegar en la 17-18 y con 236 partidos a sus espaldas (el 26ª en la historia, el cuarto arquero que más tras Cedrún, Yarza y Juanmi), Cristian les anunció que colgaba los guantes y que dejaba el fútbol en activo. No se podrá despedir en el césped y tampoco logrará el ascenso que tanto ansiaba. Mantiene el portero el fervor del zaragocismo, que desde su llegada lo vio como un gran arquero, aunque después lo elevó a la categoría de ídolo, la que ha mantenido en estos años, con una colección de paradas que aún están en el recuerdo.

Cristian apareció en la vida del Zaragoza en el verano de 2017, después de un año de retiro eventual y personal y Lalo Arantegui decidió su fichaje cuando se le comunicó que volvía a ponerse bajo palos después de ese parón en su carrera. El portero mantuvo una regularidad extraordinaria en sus seis temporadas iniciales, con alguna lesión importante muscular en la 19-20 o en el codo en la 22-23, pero no más de dos meses de baja en cada una. Empezó a gran nivel en la 23-24 y la pesadilla se inició en Andorra el 5 de octubre de 2023, una pequeña rotura de fibras en el isquio izquierdo de la que recayó ante el Eibar dos semanas después con una dolencia ya más importante.

Tras casi tres meses y con Badía bajo palos recuperó el rol de suplente, tan inhabitual en él, se lesionó en febrero del año pasado en el sóleo derecho, donde ha vuelto a caer ahora, y tras volver a jugar con Víctor en tres partidos, en el otro isquio, en el derecho. Su último encuentro fue ante el Racing de Ferrol el 19 de mayo. Había renovado por partidos (10) el curso pasado y en junio dejó claro que quería seguir, intentar cumplir con su sueño de devolver al Zaragoza a Primera, pero Víctor, tras estar apto desde finales de septiembre, porque un balonazo en el ojo también retrasó su vuelta, no contó con él. La lesión en el sóleo derecho el lunes 20 de enero le volvió a golpear la moral en una temporada en la que no había disputado un minuto y planteó al club esa retirada que ya es firme.

Se va Cristian como uno de los mejores porteros del Zaragoza en la historia reciente, con 230 partidos en Segunda, cuatro de promoción, en las disputadas en la 17-18 y en la 19-20, cuando más cerca estuvo de cumplir su sueño, y dos de Copa, 21.090 minutos y 247 goles encajados, con una colección de paradas y actuaciones que le convierten en mito. Ahora nace ese mito.

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