Real Zaragoza
Excompañeros y zaragocistas se despiden de Cristian: "Gracias a él está vivo el Real Zaragoza"
Cedrún, Láinez, Lalo Arantegui, Natxo González, JIM, Escribá, Lasure, Ratón y Linares analizan la dimensión de la figura del argentino y subrayan la espinita que siempre le quedará al portero: el ascenso que nunca llegó

Cristian Álvarez, con la camiseta y el escudo del Real Zaragoza, en su presentación / ANGEL DE CASTRO
En la vida real, desgraciadamente, no todas las historias bonitas tienen un final feliz. Lo de Cristian con el Real Zaragoza, y viceversa, fue en sus comienzos un flechazo a primera vista para después convertirse en un amor verdadero, incluso de los que duelen. Porque la tristeza que le va a quedar al argentino por dejar al equipo de sus amores en Segunda es solo comparable a la satisfacción por el camino recorrido en la capital aragonesa.
Porque sí, el Zaragoza no ha subido a Primera en estos más de ocho años, pero Cristian no ha podido hacer más. Porque, aunque suene brusco decirlo, quizá el club sin las paradas del arquero hubiera dejado de existir. Así lo piensan muchos, entre ellos alguien que sabe lo que significa defender la portería zaragocista. «Gracias a él está vivo el Real Zaragoza», afirma Andoni Cedrún, que apoda a Cristian como el ‘extraterrestre’. «Es una leyenda de la supervivencia porque él no ha podido disfrutar de la gloria ni ha conquistado títulos, sino que ha tenido que vivir en la miseria, en el subsuelo en el que el club lleva muchos años viviendo. En ese escenario es donde la figura de Cristian se ha hecho enorme. Su título ha sido la salvación», reflexiona Cedrún. De portero a portero, César Láinez, al margen de los resultados, destaca la «identificación» que con Cristian siente la afición zaragocista. «Encajó desde el primer momento a la perfección y ha sido un referente para todos», dice. Ahora que, tristemente, ya es una realidad que el argentino no subirá a Primera con el Zaragoza, Láinez recuerda las veces que ha bromeado con Cristian sobre cómo sería la fiesta del ascenso. «Ha estirado su cuerpo y su carrera todo lo que ha podido para vivir esa sensación», asegura el exportero.
Para alcanzar a entender la dimensión de la figura de Cristian, hay que acudir al inicio de todo. El que confío en el guardameta a pesar de llevar un año retirado fue Lalo Arantegui, por entonces director deportivo del Zaragoza. «La llegada de Cristian al club fue muy especial, primero por cómo llegó y después por cómo enlazó, con el club, con sus personas y con la afición. Es un tipo muy especial» recuerda Lalo, que, como a todo el zaragocismo, la retirada del argentino le deja un sabor agridulce: «Hay una pena doble, primero porque él tenía en mente jugar hasta los 40 y luego porque es uno de los jugadores que han pasado por este Zaragoza con un potencial terrible y que hubieran merecido un ascenso, por ese potencial y por la persona que es, por todo lo que ha dado».
Su primer entrenador en la capital aragonesa fue Natxo González. «Parecía arriesgada aquella apuesta y salió de maravilla. Llegó un poco mirando a ver cómo estaba y ha estado ocho años y ha jugado más de 200 partidos. Su rendimiento ha sido intachable, magnífico», valora un González que rememora ese primer año de Cristian en Zaragoza. «Yo lo veía introvertido, con esa personalidad especial que siempre ha tenido, pero de comportamiento profesional intachable. Después ha sido capitán y seguro que en esa faceta también ha dado mucho. Se va como un ídolo del Zaragoza y con el cariño de todo el mundo».
Uno de los técnicos que durante más tiempo ha dirigido a Cristian es Juan Ignacio Martínez. «De él solo se pueden decir grandes cosas, lo que se ve en el césped no hace falta remarcarlo, pero yo me centro en lo que no se ve», comienza el alicantino. «Cuando llegué en diciembre de 2020 y con el equipo en descenso, con un vestuario hundido y muy tocado en la moral, su presencia y la de Zapater fueron fundamentales. El liderazgo de los dos en el grupo hizo que esa permanencia fuera posible», subraya. Con JIM en el banquillo, Cristian logró su milagro más recordado. «El gol que marcó en Lugo es inolvidable. Nos acercó mucho más al objetivo, igual que muchas de sus paradas», aunque el técnico sigue insistiendo en que su desempeño sobre el césped solo es una parte de la grandeza de Cristian: «De él me quedo con ese liderazgo sin palabras. Su presencia, su mirada, su comportamiento y su ejemplo hacían callar al vestuario y remar todos hacia un mismo lado».
El legado y el futuro
También tuvo el honor de entrenar al argentino Fran Escribá. «Qué difícil es encontrar jugadores que transmitan lo que transmite Cristian. Te das cuenta de eso cuando trabajas con él. Tienes esa sensación pocas veces en tu carrera y con pocos jugadores», reflexiona el actual entrenador del Granada. Con Escribá en el banquillo, Cristian se lesionó y fue entonces cuando empezó su última etapa en el Zaragoza, ya con mucho menos protagonismo sobre el césped. «Su retirada me deja triste, pero a la vez contento por el legado que deja. Siempre quedará en la memoria zaragocista», afirma el valenciano.
Si sus entrenadores ponen por las nubes a Cristian Álvarez, no se quedan atrás algunos de sus excompañeros. «Sin ser un zaragocista de cuna, se ha ganado ese adjetivo por derecho propio. Tiene un carisma inconfundible y será una leyenda para siempre. Sus actuaciones siempre serán recordadas», afirma Dani Lasure, que también hace alusión a la espinita que siempre le quedará al portero: «Sé que su ilusión era dejar al Zaragoza en Primera. Es algo que seguro que le pesa, pero si ha tomado esta decisión es que cree que es lo mejor para él y para el equipo».

Cristian celebra con Chavarría su gol en Lugo / Prensa2
Ni los que estuvieron siempre a su sombra tiene una palabra para Cristian. «Me lo puso siempre muy difícil para jugar (ríe). Pero era un ejemplo dentro y fuera del campo y me siento afortunado por haber compartido tantos momentos con él», asegura Álvaro Ratón. Miguel Linares, por su parte, destaca el valor humano del argentino. «Es una lástima, no se va como hubiera querido y como se merecía una gran persona como es él. No puedo más que desearle todo lo mejor», asegura el aragonés, que se imagina una despedida por todo lo alto para Cristian, el 16 de febrero, y lo ve como un perfecto candidato para su nuevo cargo como responsable de Relaciones Institucionales. «Es lo que se merece. Se ha desvivido por el Zaragoza. Es lo suyo que se quede. El club necesita irse nutriendo de las personas que se sienten identificados con el escudo», subraya Miguel Linares.
En ese sentido, Cedrún considera que «hay un antes y después desde el homenaje a Zapater, y que el club hace muy bien estas cosas y se hará algo parecido» y apunta que «Cristian, por experiencia y capacidad, es una persona idónea para representar al club en cualquier puesto». Mismas sensaciones tiene César Láinez. «Si alguien se lo merece es él y creo que el Real Zaragoza sabrá preparar un homenaje a su altura». Será ante el Burgos cuando el zaragocismo dé el último adiós a su último héroe. Cristian se retira sin títulos y sin ascenso, pero se queda por todo lo demás. Que es mucho.
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