El VAR, el 'déjà vu' de Poussin y el Real Zaragoza más pardillo

Desde que llegó a la ciudad, Miguel Ángel Ramírez insiste mucho en esta idea: lo importante no es el qué sino el cómo. En Albacete, el entrenador siguió trabajando sobre la base que implementó en su primer partido, con Lluís López, Bernardo Vital y Clemente juntos en el campo, aunque esta vez le añadió nuevos matices. El canario ha convertido a Kervin Arriaga en una pieza capital en su modelo haciendo pivotar el inicio del juego ofensivo y defensivo en torno a su figura: para arrancar el ataque en el Belmonte, el hondureño se hundió constantemente entre centrales; para replegar, también. El objetivo, jugar con dos carrileros muy altos, Calero por un lado y Liso por el otro, y que al mismo tiempo el equipo estuviera bien protegido.

Tras unos primeros minutos más dubitativos, con varias imprecisiones y alguna aproximación del Albacete, el Real Zaragoza se desperezó como un acordeón y generó el suficiente peligro y de la suficiente calidad como para adelantarse en el marcador en la primera parte. De hecho lo hizo en un córner prolongado por Vital en una segunda jugada que Clemente terminó embocando. El árbitro anuló el gol a instancias del juez de línea, que consideró que el balón había rebasado la línea de fondo en la curvatura que le dio Toni Moya. La imagen de televisión no lo demostró. Difícil de entender que en el fútbol de la tecnología la prueba no fuera irrefutable.

Dos regalos y otra tragedia

Sin gran continuidad pero llegando, el Zaragoza creó a balón parado. También tras robo, de Clemente en una buena anticipación corriendo hacia delante que Pau Sans transformó en un gran derechazo que repelió Raúl Lizoain y, además, en un par de jugadas bien elaboradas. El último de la cadena, Bazdar, no acertó en el área y el arquero local le ganó la partida.

Al descanso, la tarde no andaba mal encaminada, pero este equipo arrastra unos importantes lastres desde el inicio de la temporada. Siempre hay un despiste, cuando no dos. Siempre hay alguna acción mal defendida, cuando no varias. Siempre aparece alguna señal de bisoñez y de extrema candidez. El 1-0 se fraguó de nuevo en un centro lateral, una condena con la que el Real Zaragoza está pagando muy caros sus pecados toda la Liga. El balón cayó a la espalda de la defensa. Sáenz tuvo tiempo de caerse antes de golpearla de zurda sin que Francho y Clemente le encimaran con la necesaria agresividad.

La condena final de la noche se dictó con el 2-0, un gol que sirvió de fotografía de lo que ha venido sucediendo a lo largo de estos seis meses. Falta lateral del Albacete, Poussin abandona su portería para dar indicaciones a la defensa (y mira que es raro verle pisar más allá de la línea de gol…) y Agus Medina, el más pillo de los 22, aprovecha para marcar de un solo golpeo y a puerta vacía. 'Déjà vu' del francés.

Con todo en contra, sin tocar la base de los tres centrales, Ramírez agitó el ataque, otra vez cuando no había más remedio y ya nadando a contracorriente. Se marcharon Clemente, Pau Sans y Bazdar para que debutara Dani Gómez y entraran Aketxe y Marí en busca de la remontada. Arriaga volvió a acabar atrás. En su estreno, el nueve tuvo tiempo de hacer su primer tanto en esta nueva etapa, en boca de gol tras una buena asistencia de Marí. Pero era tarde. Como parece que es tarde para todo para este Real Zaragoza esta temporada.