"Cristian encontró en Zaragoza su lugar en el mundo". Cristian Álvarez, desde otra mirada

Iván Hernández, amigo, confidente, abogado y agente del portero durante un cuarto de siglo, explica su carrera, que ha vivido a su lado, y sus sensaciones con la retirada y con el homenaje que le espera el domingo. “Fue impresionante cómo creció todo ahí, la intensidad con la que el zaragocismo le ganó y él se hizo un ídolo para ellos”, resume

Cristian Álvarez, antes de su despedida del Zaragoza en rueda de prensa.

Cristian Álvarez, antes de su despedida del Zaragoza en rueda de prensa. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Santiago Valero

Santiago Valero

Acaba de colgar los guantes Cristian Álvarez, ídolo del zaragocismo y leyenda tras ocho años de blanquillo, desde 2017 hasta 2025, una despedida que tendrá su momento cumbre este domingo en La Romareda en el Real Zaragoza-Burgos cuando al acabar el partido el meta nacido en General Lagos, en Rosario, sentirá el abrazo de ese zaragocismo que tanto le ha querido y que sabe que, desde este momento, como responsable de Relaciones Institucionales lo seguirá teniendo a su lado. Cristian ya dio a conocer lo que sentía en esta despedida, aquel “ser zaragocista es ser de verdad” que dejó claro que el portero, en esta experiencia, había atrapado toda la idiosincrasia de la entidad, también hablaron compañeros, entrenadores, dirigentes… Por eso, quizá, es buen momento para analizar al ya exportero desde otra mirada, la de Iván Hernández, amigo, confidente, abogado, agente, casi segundo padre… Un cuarto de siglo prácticamente llevan de estrechísima relación. “Cristian encontró en Zaragoza su lugar en el mundo, en un momento de su vida además muy complicado. Fue impresionante cómo creció todo ahí, la intensidad con la que el zaragocismo le ganó y él se hizo un ídolo para ellos”, explica.

Iván, Fabián Soldini y Martín Montero componen la agencia que lleva los destinos de Cristian desde principios de este siglo, desde que era ese pibe de Rosario, con 15 años. “Cuando empezó con nosotros ya atajaba, ya era portero”. Cristian, en sus inicios en el Central Córdoba, en Rosario Sur o en San Martín, arrancó de delantero, pero pudo más ese otro espíritu. De ahí, a Tiro Federal y “como Argentina era entonces un caos económico su contrato se actualizaba por el valor del litro de nafta (gasolina). La opción de compra de su fichaje por Rosario fue con ese valor”. Allí, en Central, tuvo su primer contrato de profesional y terminó su etapa en 2008, tras un año en el que atajó y jugó mucho y bien en ese club. “A Juan Marcelo Ojeda lo había fichado River y él pasó a ser titular. De ahí que llamara la atención de muchos clubs europeos”.

"Como Argentina era entonces un caos económico su contrato se actualizaba por el valor del litro de nafta (gasolina). La opción de compra de su fichaje por Rosario Central fue con ese valor”.

Entre ellos, el Espanyol, donde Paco Herrera era el director deportivo y Thomas N'Kono, el preparador de arqueros. “Vino Tommy a verlo a un partido, a un Rosario Central-Racing, un duelo clave para el descenso y Fabián y yo somos hinchas de Newell’s, el eterno rival, y cuando le marcaron un gol N’Kono no se podía creer que lo celebráramos, le decíamos que 'mientras que no sea un fallo de Cristian lo podemos festejar'. El caso es que la evaluación fue positiva y fichó por ese club”, recuerda Iván.

“La muerte de Jarque (agosto de 2009) fue devastadora para él. Compartían habitación en la concentración y fue él quien lo encontró sin vida allí. Fue un trago muy duro que le costó superar”

El trago más amargo

Daba el salto a Europa, con un contrato largo, de 5 temporadas, que cumplió hasta el final y con un traspaso de 1,5 millones de dólares. En las tres primeras campañas se encontró con la competencia de Kameni, que apenas le dejó espacio, pero en la 11-12, con Pochettino, ya tuvo mucho más peso. Antes, vivió uno de los peores tragos de su vida. “La muerte de Jarque (agosto de 2009) fue devastadora para él. Compartían habitación en la concentración y fue él quien lo encontró sin vida allí. Fue un trago muy duro que le costó superar”, narra Iván.

Cumplió esos 5 años y regresó a Argentina, a San Lorenzo, “con un contrato bueno, largo, de tres años, ganó la Libertadores y la Liga y al terminar esa primera temporada nos dice que quiere volver a España. Fuimos al Rayo, que en ese momento, en 2014, fue un club muy importante para él”. Cristian no tardó en empatizar a la perfección con el rayismo, con las gentes de Vallecas. “Se identificó muy pronto, enseguida. Recuerdo que tras un partido volvíamos a casa en el metro y él iba hablando con los hinchas, como uno más. Eso es imposible verlo en el fútbol actual”.

Insignia de oro, saque de honor y homenaje posterior

El Real Zaragoza anunció este jueves algunos de los actos que realizará el domingo en el partido ante el Burgos para homenajear a Cristian Álvarez, en un reconocimiento que tendrá lugar en los prolegómenos del choque y, sobre todo, tras la disputa del mismo, cuando se celebrará el acto central de despedida. Antes del partido se impondrá a Cristian la insignia de oro del club y, posteriormente, realizará el saque de honor del duelo entre el conjunto zaragocista y el burgalés. A la finalización del choque, el argentino estará arropado por afición, leyendas, compañeros y amigos en un acto muy especial que contará además con varias sorpresas y que servirá de colofón a las siete temporadas y media en las que el arquero argentino se ha convertido en una leyenda zaragocista.

La siguiente estación sería Cerro Porteño, en Paraguay y en 2015, con el que jugó la Libertadores, pero las señales ya invitaban a pensar en un episodio clave en su vida, su retirada. “Me llamó un día, a finales de ese año, y sin que él me lo dijera ya le comenté que sabía que iba a dejar el fútbol. Se volvía a España, con su hijo, Dante, y con Lorena, la que por entonces era su mujer”. Su destino estaba en Valencia, con su pareja, cantante profesional, que ha actuado en giras con Serrat y Sabina haciendo coros o en algún musical de renombre.

"A L'Abella se fue con su amigo Fran, mucho mayor que él y al que conocía de la etapa en el Espanyol porque tenía un bar junto a su casa en Barcelona. Allí, bajaba a jugar al pueblo o a otros de al lado y lo hacía de delantero. ‘Veis, os habéis equivocado, yo era un 9’, nos decía entre bromas”

De allí a L’Abella, en Gerona, en el Alto Penedés, a una casita junto a ese pequeño pueblo, donde se fue “con su amigo Fran, mucho mayor que él y al que conocía de la etapa en el Espanyol porque tenía un bar junto a su casa en Barcelona. Allí, bajaba a jugar al pueblo o a otros de al lado y lo hacía de delantero. ‘Veis, os habéis equivocado, yo era un 9’, nos decía entre bromas”. Pero tras ese tiempo, más de un año, de retirada, alejado del fútbol la portería le volvió a llamar. “Nos había pedido un portero el Mallorca, para Segunda B, pero no le interesó ir”. Sin embargo, la llamada del Zaragoza fue diferente, aunque más bien fue al revés.

Un primer contrato malísimo

“Sonia (Gaudioso), de Marca, llamó a Fabián y le dijo que el Zaragoza buscaba portero y él contactó con Lalo. No estaba muy convencido al principio, tras un año y medio sin jugar, hubo que llamar varias veces y convencerle”. Al final, el director deportivo zaragocista dio el paso y negoció con el portero su contrato. “Solo le pusimos una condición a Cristian cuando fue a sentarse con Lalo y era que no hablaran nada de plata. Ni caso nos hizo, firmó un primer contrato malísimo, por objetivos, que cumplió de inmediato, pese a que empezó de suplente al llevar tanto tiempo sin jugar". Ratón arrancó de titular, pero la tortilla se giró pronto. Eran 25 partidos y en febrero ya tenía una renovación automática hasta 2020 que tuvo una prórroga temprana, también por rendimiento, para que en agosto de 2020 llegara su vínculo más largo, hasta junio de 2023. Diez meses antes de esa fecha amplió un año más con una cláusula de que si jugaba 10 partidos en la 23-24 se prorrogaba hasta este final de la actual campaña, lo que cumplió ante el Eibar, donde recayó de su lesión en el isquio izquierdo, una dolencia que luego se repitió en el sóleo y en el otro isquio en una temporada pasada durísima, con solo trece partidos.

"Su objetivo, su sueño, su ilusión, era ese ascenso, devolver al equipo a Primera y jugar allí con el Zaragoza. El nombramiento de Hijo Adoptivo en octubre de 2023 lo vivió muy intensamente, como algo muy lindo y hermoso, fue muy emocionante"

El amago de retirada

Jugó mucho más antes. Cristian se hizo grande, inmenso, en el Zaragoza, con decenas de paradas determinantes, con muchas actuaciones para el recuerdo y con 236 partidos oficiales de zaragocista, el cuarto arquero que más tras Cedrún, Yarza y Juanmi. “Su objetivo, su sueño, su ilusión, era ese ascenso, devolver al equipo a Primera y jugar allí con el Zaragoza”. Esa meta, que le hizo no escuchar ninguna otra posibilidad, la trufó del reconocimiento de la afición y de la ciudad, porque “el nombramiento de Hijo Adoptivo en octubre de 2023 lo vivió muy intensamente, como algo muy lindo y hermoso, fue muy emocionante para él y para todos los que lo conocemos bien”. Sin embargo, la dureza de ese curso pasado le llevó a mirar ya a los ojos de la retirada en mayo. “Me llamó, también a Fabián, le dijimos que esperase, que no era la forma de decir adiós, que por la afición del Zaragoza no se podía ir de cualquier forma. Vino a Argentina en las vacaciones, siguió tratándose de la lesión y encontró de nuevo la motivación”.

Sin embargo, un curso en el que Víctor no le dio opciones pese a que desde octubre hasta enero se entrenó a plenitud y una nueva lesión en el sóleo supusieron el paso. “Lo que más hace diferente a Cristian del resto de jugadores son sus inquietudes, su carácter. Tiene muchísimas, de tipo cultural, social, de cualquier cosa, se interesa por todo, le gusta la música de contenido más profundo, lee mucho... No es el prototipo de jugador de fútbol. Siempre le invité a que buscara cosas para que al terminar su carrera se reubicara y le he dicho no pocas veces que no desaproveche sus condiciones para estudiar, para hacer una carrera acorde a sus intereses. Le sobra capacidad para eso”, sentencia Iván.

“En esa ciudad encontró un montón de cosas para completarse como persona, como hombre. Es su lugar en el mundo, junto a Rosario, claro está. Quizá mañana haya otro, pero ahora solo puede ser ese”

De momento, la vida de Cristian seguirá en Zaragoza y en el Zaragoza, porque “allí encontró un montón de cosas para completarse como persona, como hombre. Es su lugar en el mundo, junto a Rosario, claro está. Quizá mañana haya otro, pero ahora solo puede ser ese”, cierra su amigo, que destaca también al Cristian persona, el que conocen sus seres queridos, porque tiene “una familia maravillosa, con sus papás, con Néstor y Viviana, con sus hermanos, Juan Cruz y Sofía”. Y por supuesto Dante, que por cierto “es delantero. Quizá escriba él la historia en ese puesto tras hacer tanta historia su padre como portero”. A esa historia, a esa leyenda se le rinde merecido homenaje este domingo.  

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