La opinión de Sergio Pérez
Vital, Kosa, Aketxe, Adu, Marí y los grandes desgarros con los fichajes del Real Zaragoza
Para que la temporada se haya torcido tanto han confluido numerosos factores, pero varios claves: el agujero del centro de la defensa y el rendimiento bajo o muy discreto de fichajes que debían haber sido fundamentales

Bernardo Vital y Keidi Bare, en una carrera antes de empezar el partido frente al Cádiz. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA
Con el Real Zaragoza en el puesto decimosexto con 27 jornadas ya disputadas, la zona de descenso a solo seis puntos y el playoff perdido en el horizonte, la preocupación, la frustración, la percepción de desengaño y el enfado por volver a la misma casilla de temporadas precedentes están a flor de piel en el sentir del aficionado.
Para que la situación haya vuelto a ser tan aciaga han confluido un conjunto de causas, consecuencias, circunstancias y contextos de alta intensidad en el sentido contrario al deseado. Un año más. Este tipo de tormentas perfectas no se forman solamente por un motivo sino por acumulación de fenómenos. Pero, entre todos ellos, hay uno fundamental: el vuelo de los fichajes no ha alcanzado la altura prevista. Por ahí ha empezado a desgarrarse la temporada.
El pasado verano, el Real Zaragoza acometió una reconstrucción masiva de la plantilla a instancias de Víctor Fernández, una petición asumida completamente por la SAD. En esa revolución, el club firmó a trece futbolistas, y todavía se dejó sin hacer alguna operación más.
Ahora, unos cuantos meses después y tras pasar por la prueba del algodón del campeonato, ha quedado demostrado que aquella planificación contenía tres déficits fundamentales. El principal ha estado en el centro de la defensa, donde el Real Zaragoza no ha contado con un futbolista jerárquico, o dos, y los titulares no han llegado al nivel exigido para cumplir con solvencia con esa condición. Vital, Clemente y Kosa fueron las contrataciones en esa parcela. En los laterales, las apuestas por Calero y Tasende merecieron un aplauso. Eran acertadas sobre el papel. Sin embargo, tampoco han sido ni regulares ni han tocado sus máximos con constancia.
El club tampoco redondeó el centro del campo con algún medio más físico, con piernas, pulmones y capacidad para abarcar campo por despliegue. Ha faltado también distinción. En el mercado invernal recurrió a Arriaga y Guti. Como contraprestación perdió a Marc Aguado, al que el contexto no favoreció. Sí puede encontrarlo en el Elche bajo el cobijo de Eder Sarabia, un técnico hecho a su medida. Dos de las grandes apuestas del pasado verano no están rindiendo de acuerdo a la expectativa con la que fueron fichados, Aketxe y Keidi Bare. Eran futbolistas claves en la planificación económica y deportiva. Gori Gracia fue una moneda al aire. Ha acabado cedido en el Ibiza de Primera RFEF.
En la portería, el excelente nivel de Poussin cuando se encontró con la titularidad en Cádiz por la lesión de Femenías el día del estreno de la Liga ha ocultado una realidad soterrada durante meses. El Real Zaragoza tiene dos buenos porteros de complemento pero no cuenta con un guardameta de jerarquía en la categoría y con catalogación de primero sin discusión, como lo fue Cristian Álvarez durante tantos años. Han ido entrando y saliendo.
Arriba fue donde la SAD estuvo más certera en sus tiros. La delantera había sido el gran caballo de batalla en las temporadas precedentes y el acierto fue alto. Bazdar fue un gran fichaje, como Soberón. Junto a Azón hacían un trío temible. Las lesiones frenaron su extraordinaria proyección y rebajaron sus grandes números de los primeros meses. En la punta del ataque, el club solo falló con Marí, que todavía no ha marcado en Liga. Adu Ares tampoco se puede considerar un mal fichaje: tiene buenas condiciones futbolísticas desde el punto de vista técnico pero le falta eso otro imprescindible para triunfar en este deporte. Tampoco está rindiendo. En invierno, Dani Gómez ocupó el lugar de Azón, al que el club vendió al Como. Veremos si es cromo por cromo, una pérdida o una ganancia.
La reconstrucción de la plantilla fue masiva, pero hubo agujeros negros. El Real Zaragoza dio en el clavo claramente con un buen puñado de piezas, perfectamente útiles para el presente y para el futuro en una dinámica más saludable. Hizo otros fichajes sustentados en buenos argumentos, que sin embargo han acabando quedando en casi nada por su escaso rendimiento. Y erró el tiro desde el inicio en unos cuantos futbolistas. La suma de todo ello da como resultado un número negativo. Como la temporada del equipo.
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