La defensa del Real Zaragoza, un agujero cada vez más negro

El mal es endémico y amenaza con mandar al Real Zaragoza de cabeza al cementerio. El equipo aragonés lleva siendo un desastre en defensa durante la práctica totalidad del curso, pero es que, lejos de mejorar, el estado del enfermo es cada vez peor. Los 40 goles encajados en las 30 jornadas disputadas hasta la fecha son, de hecho, la tercera peor marca a estas alturas desde el último descenso, solo mejor que los 42 de las campañas 16-17 y 14-15.

Esa extrema fragilidad en retaguardia como consecuencia, principalmente, de severos e impropios errores individuales, fueron la causa principal de la salida de Víctor Fernández, que admitió no ser capaz de acabar con ellos y, por tanto, cambiar la dinámica de un equipo que era el décimo menos goleado cuando el entrenador aragonés hizo las maletas.

Esa necesidad de dotar al equipo de más solidez y consistencia se impuso Miguel Ángel Ramírez como tarea más urgente (más allá de la modernización del club y demás). Pero el fracaso del canario está siendo mayúsculo. Y es que el Zaragoza ha pasado de encajar 1,3 goles con Víctor (26 en 20 encuentros) a 1,5 con Ramírez (14 en 9). Solo Racing de Ferrol y Cartagena, con casi los dos pies ya en Primera RFEF, han recibido más tantos que el cuadro aragonés desde que Ramírez asumió las riendas.

El Zaragoza defiende ahora tan mal o peor que antes, comete los mismos errores o más y solo ha sido capaz de dejar su portería a cero en una ocasión desde que Ramírez está al mando. Aquel empate sin goles en casa frente al Cádiz parecía presagiar un cambio de dinámica, pero, a partir de entonces, el equipo ha sido incapaz de echar el candado con un portero u otro, con dos centrales o tres o con mediocentros reubicados.