Real Zaragoza

Las vías de escape de Ramírez: una victoria o un empate con buena imagen

Un punto del Real Zaragoza en Almería apunta a conceder más tiempo al entrenador. La derrota sería su despido y está por ver si el de Cordero

Ramírez, con gesto serio en un entrenamiento del Real Zaragoza.

Ramírez, con gesto serio en un entrenamiento del Real Zaragoza. / LAURA TRIVES

Santiago Valero

Zaragoza

La propiedad del Real Zaragoza ha dado un paso al frente en la gestión de una crisis que amenaza con llevarse por delante mucho más de lo que ya ha arrasado. El gran señalado es Miguel Ángel Ramírez, cuyo crédito está prácticamente agotado, si bien todavía hay voces dentro de la entidad que se muestran contrarias a una salida que se antoja solo cuestión de tiempo. Una derrota en Almería sería el detonante definitivo para que el técnico canario dejara de dirigir al Zaragoza, pero no está claro que tampoco le sirva el empate.

De hecho, Ramírez podría seguir una semana más en el cargo en caso de que el equipo logre puntuar en un feudo tan complicado como el del Almería, que solo ha perdido un partido en casa en toda la temporada y uno de los principales candidatos al ascenso. Si, además, el Zaragoza acompaña ese punto con una buena imagen, la propiedad no descarta su continuidad en el banquillo aun a expensas de lo que pudiera suceder nueve días después ante el Córdoba en La Romareda, que ya ha dejado claro que no quiere al entrenador. De hecho, ha pedido su salida en la mayoría de los cinco encuentros dirigidos por Ramírez en en casa, donde, por cierto, aún no ha sido capaz de ganar, lo que le convierte en el único técnico en la historia del club que no ha celebrado victoria alguna en sus cinco primeros choques como local.

La derrota, está claro, condenará a Ramírez y está por ver si le acompañaría Juan Carlos Cordero, director deportivo del Real Zaragoza y artífice de la llegada del canario. El cartagenero, en todo caso, apura sus últimos días en el cargo y, si no sale antes, lo hará el 30 de junio, cuando expira su relación contractual con el club. La renovación que el club quería acometer a toda costa ya está absolutamente descartada. De hecho, la SAD cuenta ya con numerosos ofrecimientos para hacerse cargo de una dirección deportiva señalada tras una errática elección de entrenadores (Velázquez y Ramírez) y un mercado de invierno marcado por la incapacidad para reforzar el centro de la defensa a pesar de que era la gran prioridad.

Esa bola extra de Ramírez otorgada por la propiedad mientras se acelera la búsqueda de un sustituto le permitiría al técnico conservar el puesto en caso de victoria en Almería y al club no afrontar, de momento, el tercer relevo en el banquillo del curso tras el del interino David Navarro por Víctor Fernández y el aterrizaje de Ramírez, cuyo despido, unido al de las cuatro personas de su cuerpo técnico, superaría con creces el millón de euros.

Relaciones

El todavía entrenador zaragocista, en todo caso, todavía cuenta con el respaldo de sus jugadores o, al menos, así se desprende de las declaraciones públicas de la plantilla, así como del buen ambiente en los entrenamientos, en los que es habitual asistir a gestos de complicidad y compadreo entre técnico y futbolistas. Sin embargo, la relación dista mucho de ser la mejor con otros estamentos del equipo, de la Ciudad Deportiva y del propio club. 

Almería, en cualquier caso, marcará el camino a seguir del Zaragoza y de su actual técnico, que, lejos de frenar la caída del equipo, la ha acelerado. A solo dos puntos del descenso a Primera RFEF y con una única victoria en los nueve partidos dirigidos, el preparador zaragocista afronta la trascendental cita del sábado consciente de que su futuro está en juego. «Lo que tenemos que hacer es mirarnos todos y ver qué parte de responsabilidad tenemos. Siempre optamos por señalar al entrenador, pero esto es de todos. Tenemos que cambiar cada uno lo que esté en nuestra mano», se limitó a decir tras la debacle ante el Eldense. «No me preocupa mi vida, por eso estoy tranquilo. Me preocupa la situación del equipo. Sabía que venía a algo sumamente arriesgado. Entendía que teníamos la capacidad de mejorarlo. Quiero ayudar a este club a ser mejor, a que dé un paso y a que estos años acaben cuanto antes. Esa es la obsesión que tengo», añadió el canario, que siempre ha asegurado no estar pendiente de una clasificación que, en todo caso, dicta sentencia. 

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