Real Zaragoza

El Real Zaragoza confía en que el despido de Ramírez no supere los 700.000 euros

La entidad asume la destitución del técnico y de sus cuatro ayudantes y de Cordero, al que le restaban tres meses para acabar un contrato que el club, inicialmente, quería renovar.

Cordero pone una pulsera a Ramírez en la presentación del entrenador, en plenas Navidades.

Cordero pone una pulsera a Ramírez en la presentación del entrenador, en plenas Navidades. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Santiago Valero

Zaragoza

Al Real Zaragoza le va a salir bien caro Miguel Ángel Ramírez, cuya estancia en el club ha sido tan breve (ni siquiera ha llegado a tres meses) como costosa tanto para el equipo (a un solo punto del descenso) como para la entidad, que debe asumir ahora un fuerte desembolso para rescindir el contrato que vinculaba al canario y a su extenso cuerpo técnico con el Zaragoza durante lo que resta de temporada y la próxima.

El salario de Ramírez establecido para el curso que viene y el de sus ayudantes rondaba los 700.000 euros, que se suman a la parte restante de los 250.000 que tenían fijados como sueldo este curso (llegó al Zaragoza en plenas Navidades para sustituir a Víctor Fernández tras la dimisión del aragonés). La apuesta por el canario fue tan decidida que se le permitió rodearse de hasta cuatro auxiliares (el preparador físico Cristóbal Fuentes, el segundo entrenador, Endika Gaviña y los analistas Beñat Labaien y Juan Giuffra).

Sin embargo, en el seno del club existe la confianza en poder alcanzar un acuerdo para que el importe definitivo del finiquito sea notablemente menor. De hecho, se espera rubricar la salida de Ramírez y sus ayudantes por un montante final que ronde los 700.000 euros, si bien para ello es necesaria la buena voluntad tanto del canario como de sus auxiliares.

El canario se marcha dejando una nefasta estela que le sitúa como uno de los entrenadores con peor balance, tras haber sumado apenas 7 puntos sobre 30 posibles, lograr una sola victoria y empeorar tanto el rendimiento tanto individual como colectivo. 

Señalado por La Romareda desde el primer partido al resistirse a quitar los tres centrales a pesar de un 0-2 en el marcador, Ramírez se recordará como el entrenador que impuso la moderrnización (necesaria, eso sí) del club por encima de su situación clasificatoria y las aspiraciones al retorno a Primera División. «No me aporta nada mirar la clasificación, porque quedan trece partidos y un montón de puntos. Entiendo que se mire la clasificación, pero yo no la miro nunca. No me aporta nada mirarla en marzo. Opino lo mismo que hace tres semanas», dijo antes de perder ante el Eldense. Entonces, aseguraba contar con la «confianza total» del club (sobre todo la del director general Fernando López), pero la realidad es que la pérdida de ella era total antes incluso de viajar a Almería, aunque el club decidió darle una bola extra en una decisión envuelta en controversia.

También habrá que llegar a un acuerdo con Cordero, al que le restaban tres meses para acabar un contrato que el club, inicialmente, quería renovar.

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