La contracrónica del Racing-Zaragoza. El único honor es de Cantero

El Real Zaragoza cayó en Santander porque de nuevo se bastó él solo para pegarse todos los tiros al pie que fueran necesarios para no tener opciones. Calero, con su irresponsable amarilla en el agarrón del penalti, Tasende por mirar a otro lado en el córner que supuso el 1-0, Jair, por su error en el despeje de la asistencia de Íñigo Vicente... La lista de fallos gruesos es amplia en un equipo que siempre concede mucho y que eso le impide estar cerca de ganar.

El Zaragoza se vuela los sesos. La crónica del Racing-Real Zaragoza (2-0)

Gabi ya lo experimentó ante el Córdoba, cuando el gol del rival llegó en un córner mal defendido por Poussin primero y Calero después, pero en Santander lo vivió en una mayor envergadura, ya que el Zaragoza le dejó limpio el camino a su rival para que se llevara el botín y dejara al equipo con solo un punto sobre el descenso.

El Zaragoza solo ha sumado dos triunfos en 20 jornadas, con únicamente 15 puntos de 60. Los números son tan demoledores que no admiten discusión y, aunque la llegada de Gabi ha traído algo más de energía y de intensidad, lo cierto es que para que eso tenga un verdadero refrendo sobre el césped hay que ser muy optimistas en esa mirada, ya que al final los partidos muestran lo que muestran, con un Zaragoza que ni juega bien ni gana, ni defiende con orden en todo momento ni deja de cometer errores. Y en esa espiral el destino solo puede ser uno, el del descenso, dramático, a Primera RFEF.

El Zaragoza está a tiempo de todo, claro, con nueve jornadas por delante, con la necesidad de sumar en torno a 13 puntos. Hay que ganar cuatro partidos, buscar la forma de hacerlo y para eso tiene que dar un paso adelante e intentar que el triunfo llegue también por sus propios méritos, porque en Santander apenas inquietó a Ezkieta. El Zaragoza si se quiere, y hay que querer mucho, estuvo más aseado y junto en dos líneas de cuatro que maniataron durante muchos minutos al Racing, pero el equipo se encargó por sí mismo de darle las ventajas al rival, con calidad de sobra para aprovecharlo.

Calero, Tasende, Jair y las terroríficas pifias individuales del Real Zaragoza

Calero, con una amarilla por un forcejeo con Castro, sujetó en el área a ese mismo rival. Un penaltito si se quiere, pero un fallo terrible del lateral, que se fue a la ducha. Poussin detuvo su tercera pena máxima del curso, pero en la segunda parte, en un córner en corto, Tasende miró a otro lado y no a su espalda, donde Pablo Rodríguez le ganó para poner el 1-0 (Gabi dijo que no le gustaban los goles de estrategia y lleva dos en dos partidos) y, ya en el segundo, un fallo en la salida de Francho acabó en uno descomunal de Jair en la asistencia de Íñigo Vicente que dejó solo a Andrés para exterminar  al Zaragoza.

Llegados a este punto, con el lanzado Mirandés por delante en La Romareda y el Eldense ya a solo un punto, la situación es de absoluto terror para un Zaragoza al que le han librado hasta el momento de esa caída a las fauces del infierno los rivales del equipo alicantino. Aquella remontada del Levante en el Pepico Amat en el descuento, con dos goles en un suspiro, y ayer dos paradas prodigiosas de Cantero, a Juanto Ortuño y a Masca, esta en un córner, magnífica. De hecho, el honor zaragocista en la enésima tarde aciaga de la temporada fue para el portero navarro del Burgos, el que evitó la caída del todo a la zona roja.