La opinión de Sergio Pérez
El plan de choque de Gabi, los malos resultados y los demonios del Real Zaragoza
En sus dos primeras jornadas al mando, Gabi ha aplicado un plan con muchos acentos en defensa para intentar mejorar los resultados. Aún no lo ha conseguido. Para lograrlo hará falta una marcha más en ataque

Gabi Fernández, en el banquillo de Santander justo antes del comienzo del partido. / CARLOS GIL-ROIG

La temporada del Real Zaragoza comenzó a torcerse en el mes de noviembre. En diciembre se abrió un boquete profundo con la dimisión de Víctor Fernández, todo un terremoto. Entre enero, febrero y lo que duró de marzo, Miguel Ángel Ramírez hundió el barco hasta las profundidades de la clasificación y, cuando el agua empezaba a llegar al cuello, fue destituido con la crispación social en tonos altos y el equipo muy disminuido y bloqueado anímica y deportivamente.
En ese contexto fue en el que Gabi Fernández apareció por la ciudad hace un par de semanas. Su discurso de aterrizaje fue visceral, enérgico, confiado y lleno de personalidad. Pero los discursos no ganan partidos. Después de dos jornadas, el entrenador no ha conseguido todavía invertir el rumbo de los resultados, lo único que ahora mismo tiene valor. Ha sumado un empate y una derrota, un punto de seis posibles y ha dado continuidad a la peligrosísima mala racha de los últimos meses: dos triunfos en 20 partidos y el descenso, a un punto. El mismo punto en el que lo dejó Ramírez.
El plan de choque que Gabi ha aplicado para intentar la resurrección del equipo es simple y reduccionista. 4-4-2 clásico, los jugadores bien agrupados en un bloque cerca del área propia, líneas muy juntas, mucho trabajo de coordinación de movimientos, refuerzo del centro del campo con hombres de despliegue y piernas y tratar de salir con balones a los espacios y con espacio. Despreocupación por la posesión del balón y en ataque, hasta ahora poca cosa, más allá del arreón final de orgullo contra el Córdoba cuando el partido se alocó con la ventaja visitante.
Es decir, Gabi ha priorizado no recibir goles a buscar hacerlos. Tiene su lógica ante el panorama tan desalentador que se encontró. Su plan es el más defensivo de cuantos se han visto a lo largo de esta maldita temporada. Este sábado dejó un buen poso como estructura en la primera parte, pero de momento no ha servido para mejorar los resultados.
El Real Zaragoza necesita tanto no perder como volver a ganar. El tiempo va pasando, los triunfos empiezan a perderse en la lejanía y el número de puntos en juego comienza a estrecharse. En esta peligrosísima recta final del campeonato, el equipo necesitará una marcha más para sumar de tres en tres. Necesitará, por lo tanto, pisar mucho más el campo rival. Una ecuación que Gabi tendrá que cuadrar sin descuadrar la base defensiva de su plan. Todo un jeroglífico y un reto extraordinario ante tantos déficits individuales y colectivos. Los demonios del Real Zaragoza aparecen por todos lados.
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