La bipolaridad futbolística de Tasende y los males del Real Zaragoza

En una de las primeras operaciones del verano pasado, el Real Zaragoza se hizo con los servicios de Dani Tasende arrebatándoselo al Tenerife, con el que lo tenía todo pactado en un acuerdo multianual. El lateral gallego había sido un fijo en el filial del Villarreal las dos últimas temporadas, con un volumen de partidos alto y una proyección importante. Fruto de ello y como señal de prudencia, el club castellonense se guardó una opción sobre los derechos del jugador a futuro. Tasende firmó por cuatro años tras ser traspasado al equipo aragonés.

El zurdo, que actualmente tiene 24 años, casi inauguró una colección de fichajes por los que Juan Carlos Cordero fue jaleado en numerosas presentaciones, muestra inequívoca de lo extremadamente voluble y cambiante que es el planeta fútbol. Hace un par de semanas, el director deportivo fue destituido de su cargo. Su salida también fue celebrada por el zaragocismo, pero por motivos antagónicos a los de hace unos meses.

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Tasende llegó al Real Zaragoza con un cartel realmente interesante: lateral izquierdo moderno, de refinada técnica, capaz de recorrer metros por su carril, con un gran toque de balón, facilidad para centrar y cierta relación con el gol gracias a un disparo limpio con su pierna buena. De todo ello ha dejado cuenta en los 26 partidos en los que se ha vestido la blanquilla esta campaña, la mayoría como titular de un área sin competencia (Nieto salía de una importante lesión y Clemente es un central reconvertible pero sin la naturaleza del puesto). Ha marcado dos goles y ha repartido cinco asistencias. Números muy interesantes para un lateral.

Sin embargo, aunque en su estreno en el profesionalismo ya había pecado de ello, Tasende ha acentuado sus problemas defensivos en estos meses en el Real Zaragoza hasta un punto tremendo. El gallego ha salido directamente en la foto en seis goles encajados y son visibles sus dificultades para contener a sus pares por déficit de físico y por problemas de colocación y para defender los balones colgados a su espalda.

Tasende está sufriendo una marcada bipolaridad futbolística. Es un jugador de dos caras: la buena, en ataque; la mala, en defensa. Un reflejo a pequeña escala de los males que ha sufrido la plantilla esta temporada: muchos futbolistas que firmaron con un cartel importante y atractivo no han correspondido las expectativas que levantaron. Por ejemplo, Aketxe, Adu Ares, Keidi Bare, Calero o Marí.