La opinión de Sergio Pérez

El vitalismo de Gabi Fernández y un Real Zaragoza que no está muerto

Gabi aún no ha traído buenos resultados pero sí un gran vitalismo y más competitividad con los mismos errores individuales. El Real Zaragoza está muy tocado pero no está muerto

Gabi Fernández aplaude a sus futbolistas con su energía característica.

Gabi Fernández aplaude a sus futbolistas con su energía característica. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Zaragoza

El Real Zaragoza no es un equipo muerto. Está muy tocado anímica y deportivamente por una racha nefasta de resultados encadenados a lo largo de cinco meses terribles, pero no está muerto. El primer relevo en el banquillo, el de Miguel Ángel Ramírez por Víctor Fernández, tuvo unas consecuencias aterradoras. El segundo, el de Gabi por el canario, de momento tampoco ha producido efectos clasificatorios inmediatos ni ha servido para volver a ganar en sus dos primeras jornadas como jefe de la plaza. El balance, un empate y una derrota.

El descenso continúa ahí detrás, a solo un punto de distancia. Intimidante como la mayor amenaza de la historia del club. A pesar de todo, el Real Zaragoza no está muerto. En algunos pasajes del encuentro ante el Córdoba y en Santander, mientras el partido se disputó once contra once, el equipo compitió, mostró solidez y un buen aspecto a través de la seriedad defensiva, aunque del mordiente en ataque no hubo apenas noticias. En ambos casos, los errores individuales fueron una condena letal, un mal endémico que se repite y se repite esta temporada.

A pesar de no haber ganado más que dos partidos de los últimos veinte, algo casi inverosímil, el Real Zaragoza sigue fuera del descenso y depende de sí mismo en las nueve jornadas que faltan. El calendario más próximo da miedo por la entidad de los rivales, pero la posibilidad de articular una reacción todavía continúa en la mano. De lo que quedan pocas dudas ya es de que volver a ganar es inaplazable.

Sabiendo como sabe que además de los problemas futbolísticos que afectan a sus jugadores existe también una causa mental en el hundimiento del equipo, Gabi Fernández está mostrando una gran vitalidad en su comportamiento con la esperanza de que esa energía viaje rápido y llegue al campo. Mientras el equipo flirtea con el que sería el mayor fracaso de toda su existencia, después de haber amontonado errores y de que un número elevado de jugadores esté rindiendo por debajo de sus máximos, en cuyos pies está el futuro de un histórico del fútbol español, el zaragocismo está muerto de miedo y con el corazón en un puño. Eso sí, que nadie dude de que estará unido en esta causa y empujará con todas sus fuerzas en cada jornada para que su equipo vuelva a la vida.

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