Real Zaragoza

La mejoría defensiva del Real Zaragoza: Gabi levanta la trinchera

El Zaragoza, que ante el Mirandés dejó su portería a cero más de dos meses después, ha recibido 8 tiros a puerta entre los tres partidos con el madrileño al mando, casi la mitad que en los tres últimos de Ramírez (15)

Francho, Guti y Tasende celebran con la afición el triunfo del pasado domingo ante el Mirandés.

Francho, Guti y Tasende celebran con la afición el triunfo del pasado domingo ante el Mirandés. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Jorge Oto

Jorge Oto

Zaragoza

Es consciente Gabi Fernández de que las esperanzas de salvación del Real Zaragoza pasan inexorablemente por la sobriedad defensiva y por taponar de una vez la incesante hemorragia que amenazaba con acabar con el equipo aragonés. Y camino lleva de ello el madrileño, con el que el rival llega a las inmediaciones del marco zaragocista menos y en peores circunstancias.

Ocho tiros entre los tres palos ha recibido el equipo desde que Gabi tomó el mando, lo que supone casi la mitad que en los tres últimos partidos de Ramírez (15), y eso que, en Santander, el Zaragoza jugó durante casi una hora con un futbolista menos por la doble amarilla que el árbitro mostró a Calero todavía en la primera parte.

Aquel encuentro, en todo caso, parece destinado a marcar un antes y un después en la solvencia defensiva de un Zaragoza que acumuló errores y fallos graves más allá del que costó la roja al lateral madrileño. El despiste en la marca de Tasende en el primer tanto, el de Liso al no encimar en el centro (ambos fueron suplentes después frente al Mirandés) y el de Jair que, con todo a su favor, entregó el balón a Andrés para que el delantero del Racing sentenciara la contienda, provocaron un profundo malestar en el entrenador, que lleva desde que llegó advirtiendo de la urgente necesidad de desterrar de una vez esos errores groseros que tantos goles y puntos han costado al equipo a lo largo de la temporada.

Con todo, el Racing apenas tiró 5 veces a puerta (22 lanzamientos totales incluidos los que se fueron desviados), lo que supone tres más de los que ejecutó el Córdoba en el estreno de Gabi (7 en total), mientras que el Mirandés solo fue capaz de llegar a los guantes de Poussin en una ocasión.

La progresión, entonces, es evidente. Porque Ramírez se había despedido tras sumar un solo punto en sus tres últimos encuentros, en los que los rivales habían llegado con mucha facilidad a las inmediaciones del área zaragocista. Cuatro veces tiró entre palos el Almería (17 en total), cinco el Eldense (10 incluidos los tiros fuera) y seis el Sporting (11 totales) para sumar 15 disparos entre palos, es decir, casi el doble que en la etapa de Gabi.

El empeño del madrileño en dotar al equipo de sobriedad, solvencia y solidez se concibe a través de una pareja consolidada de centrales integrada por Jair y Vital llamada a tener continuidad incluso cuando Lluís López, en la recta final de la recuperación de su lesión muscular, esté disponible. El catalán, que ha sido fijo para los tres entrenadores previos a Gabi, no tendrá fácil mantener esa condición ante el buen rendimiento de Jair, redimido ante el Mirandés con un gol para la historia, y Vital, si bien el luso se ha ganado ya alguna que otra bronca casi siempre como consecuencia de errores innecesarios en la entrega del balón en la salida por dentro.

Si el centro de la zaga parece destinado a tener continuidad, más dudas existen respecto a unos laterales por los que ya ha pasado mucha gente. Luna y Calero, este a pie cambiado, fueron los elegidos ante el Córdoba pero solo el madrileño, esta vez en la derecha, repitió una semana después en Santander, donde Tasense ocupó el lateral zurdo. En cambio, ninguno formó en la foto frente al Mirandés, ya que Calero estaba sancionado tras su expulsión en El Sardinero y Gabi decidió mandar al banquillo a Tasende para entregar el lateral zurdo a Clemente.

En la derecha, la sorpresa fue mayor al elegir a Francho, capitán y chico para todo a partes iguales. La decisión se enmarcaría en la necesidad de reforzar la parcela defensiva y buscar profundidad con un jugador capaz de repetir esfuerzos durante todo el encuentro, como explicó el propio Gabi al término del choque. Los nervios de Luna, que no estuvo bien en Santander, también contribuyeron a la reubicación del mediocentro, cuyo buen rendimiento frente al Mirandés abre ahora el debate acerca de la conveniencia de que se mantenga en ese puesto ante el Eibar a pesar de que Gabi podrá contar ya con los dos laterales diestros de la plantilla después de que Calero cumpliera su sanción.

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