La opinión de Sergio Pérez

Guti y Arriaga, la guardia pretoriana de Gabi y dos seguros de vida para la salvación

El plan de Gabi para lograr la permanencia se sustenta en la fiabilidad y la seguridad defensiva. El papel de Arriaga y Guti en el centro del campo será clave por su físico, su competitividad y su capacidad para equilibrar el equipo

Raúl Guti celebra la victoria del Real Zaragoza contra el Mirandés el pasado domingo.

Raúl Guti celebra la victoria del Real Zaragoza contra el Mirandés el pasado domingo. / REAL ZARAGOZA

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Zaragoza

Gabi Fernández se encontró un Real Zaragoza en caída libre que se estaba precipitando al vacío en cada partido, incapaz de ganar, destrozado deportivamente, hundido desde el punto de vista anímico y que había generado una preocupante crispación social con tantos malos resultados. Un escenario tremendamente delicado que el entrenador intentó voltear desde el primer momento.

Primero, a través del impacto de su discurso, cargado de personalidad y con altas dosis de liderazgo. Luego, aplicando un plan muy claro sobre el césped, un modelo de juego que está dando prioridad absoluta a la seguridad defensiva para, sobre esa base, tratar de buscar buenos resultados, ganar confianza y utilizar esos cimientos como motor de crecimiento futuro para las siguientes fases del juego.

Desde que llegó, Gabi Fernández ha usado siempre una línea de cuatro atrás, con Jair y Vital como jugadores fijos (el capitán Lluís López ha estado lesionado) y ha cambiado los laterales en función de su rendimiento o su disponibilidad. Como titulares por ahí han pasado Calero, Francho, Tasende o Clemente. El siguiente sustento de la idea del entrenador madrileño era amasar un centro del campo fuerte, con piernas y pulmones, capaz de sujetar el equipo por físico y por conceptos tácticos, de posicionamiento, con futbolistas con aptitudes para corregir y equilibrar el juego. En ese plan hay dos hombres claves: Arriaga y Guti. Guti y Arriaga. Ambos se retroalimentan.

Ante el Córdoba y en Santander, el canterano jugó escorado a la derecha. Frente al Mirandés, en el mejor partido de la era de Gabi, formó en el doble pivote junto a Arriaga. Francho acabó desplazado al lateral. El equipo se sintió cómodo y muy seguro en su estructura, dos factores fundamentales para poder crecer de ahí hacia delante a la hora de desplegarse con más confianza con la pelota en los pies. Frente al Mirandés, el equipo tocó más balón, intentó más cosas y dio otro pasito más en sus intenciones ofensivas manteniendo siempre como patrón fundamental la seguridad atrás.

Arriaga estuvo sensacional en todas las tareas que se le pueden pedir a un mediocentro de ese corte, demostrando una vez más cuál es su puesto natural y dónde está su mejor rendimiento, para nada como central, donde lo desplazó Miguel Ángel Ramírez tratando de vestir un santo y desvistiendo otro. El hondureño incluso tuvo dos opciones de hacer gol, una en un contragolpe y otra en un balón parado que acabó en su zurda dentro del área. Su disparo se marchó alto.

La recuperación de Guti también es una extraordinaria noticia para el Real Zaragoza. Además de identidad y compromiso con la camiseta, su presencia en el medio da otro empaque al centro del campo, más personalidad, presencia, claridad, fuerza física y competitividad. El canterano ayuda mucho a que el equipo se sienta seguro sobre el plan del técnico, cuyos pilares son eminentemente defensivos. Son la guardia pretoriana de Gabi, dos jugadores de alto copete que marcarán el nivel de fiabilidad al que pueda llegar el Real Zaragoza. Dos futbolistas claves para hoy y top en Segunda si hay mañana.

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