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La previa del Real Zaragoza-SD Huesca. La vida en un derbi

El Zaragoza y el Huesca dirimen un desigual duelo de rivalidad regional con objetivos muy distintos y con una necesidad mucho mayor del lado zaragocista, que puede dar un paso decisivo para la vital meta de la salvación si gana a los oscenses

Bazdar y Soko, en los entrenamientos del Real Zaragoza y el Huesca, ayer.

Bazdar y Soko, en los entrenamientos del Real Zaragoza y el Huesca, ayer. / RUBÉN RUIZ / SD HUESCA

Santiago Valero

Santiago Valero

Un derbi siempre es un duelo especial por todo lo que implica para el Real Zaragoza y la SD Huesca, pero en esta ocasión, con la jornada 37, con solo seis citas por disputarse, el ambiente que suponen estos partidos, la rivalidad y el deseo de ganar al vecino quedan relegados por los objetivos, inesperados, de ambos clubs, con el zaragocista deseando poner tierra de por medio con respecto al fantasma del descenso y con el oscense pretendiendo apurar sus opciones de promoción. La meta es mucho más urgente en el lado blanquillo, con una necesidad extrema por sumar los tres puntos en un derbi marcado por la tremenda distancia de ambos en la tabla, la mayor desde que estos choques e retomaron con el descenso zaragocista.

Con ese escenario se dirime un derbi trascendental y al que el gol del cordobesista Obolskii restó dramatismo porque el Zaragoza tenía ya toda la pinta de empezar el encuentro en descenso por un triunfo del Eldense que se frustró a última hora para alivio de los de Gabi, que si ganan pondrán 4 puntos de renta con la tragedia con los duelos posteriores en Ferrol ante el Racing y en La Romareda ante el Cartagena, ambos enemigos ya desahuciados. El entrenador madrileño no lo escondió el viernes y aseguró que vencer en el derbi subiría «muchísimo» las opciones de permanencia. En este contexto es indiscutible que es así.

Llega el Zaragoza magullado al derbi por la goleada en el feudo del Levante, con tres triunfos en las últimas 23 jornadas de Liga, un dato brutal que señala el motivo de su agónica lucha y necesita volver a vencer en casa, teniendo en cuenta que, al menos con Gabi, con una comunión recuperada con la grada, el municipal ha bajado algo su escape de puntos, con un triunfo ante el Mirandés y empates con el Córdoba y el Eibar. Ahora, toca volver a sumar el botín y dar ese paso que sería decisivo para la salvación, con 5 citas después en una temporada para olvidar. O, también, para señalar culpables cuando la permanencia ya esté amarrada, Dios quiera que lo antes posible. Que los hay y bastantes, recientes y más lejanos, por cierto.

La hora no es la mejor, pero La Romareda no estará lejos de su mejor entrada del curso y hace mucho tiempo que el equipo no puede tener ni una queja de su gente, como se demostró en el Ciutat, con un partido bochornoso y, a pesar de eso, con el apoyo incondicional del millar de zaragocistas que allí viajaron.

Keidi Bare, el descarte

Gabi solo tiene la baja de Vital, sancionado, y la enfermería vacía (Keidi Bare ha sido el descarte este domingo al llevar solo dos sesiones con el grupo tras superar una lesón en el sóleo), regresando al once Francho, Arriaga y Lluís López, con un equipo con cambios, también posiblemente de sistema, buscando una mayor seguridad y sentido de bloque, que ante el Levante no hubo ninguno, y también protegerse de las transiciones del Huesca, después de que hace una semana la velocidad granota masacrara a los espacios la apuesta blanquilla. La imagen, en un partido tan especial para el zaragocismo, tiene que ser muy diferente a lo visto en la jornada anterior, como el día y la noche. Y es que todo lo que no sea ganar aumentará la sensación de agonía y de peligro, sobre todo si la moneda sale cruz en forma de derrota, aunque queda dicho que el empate del Eldense resta sentido trágico, aunque lo tenga y mucho el partido en caso de no ganar.

El Zaragoza, un flan en defensa, con 54 goles encajados, la cifra más alta a estas alturas desde que bajó, deberá mejorar en consistencia ante un Huesca que no es el de hace unos meses, cuando enlazó 14 jornadas sin perder y se ganó el derecho a pelear por volver a Primera, pero que es un bloque muchísimo más fiable que el zaragocista, pese a las muchas bajas que, por el partido ante el Racing (Loureiro, Vallejo y Jorge Pulido), las lesiones (Dani Jiménez, Javi Mier y Javi Hernández), la cláusula del miedo (Enrich) o las llamadas internacionales (Ayman), le lastran en esta cita, donde Soko es la principal amenaza para el Zaragoza y Antonio Hidalgo recupera a Toni Abad y sobre todo a Juan Pérez para que ocupe la portería.

El equipo oscense, que suma en su actual bajada de prestaciones dos victorias en las siete últimas citas (6 puntos de 21), comenzará el partido a dos de la sexta plaza, que ocupa el Granada, por lo que ganar le devolverá ese puesto de privilegio y sobre todo le dará moral, mucha moral, para la recta final de un temporada seguro brillante por los problemas económicos que ha vivido, ya pase lo que pase antes de que caiga el telón.

En la primera vuelta, en El Alcoraz, se firmaron tablas y allí acudió el Zaragoza cuarto con las luces de su fulgurante comienzo ya empezando a caer mientras el Huesca luchaba por poner más tierra de por medio con el peligro. Todo ha cambiado mucho, sobre todo del lado zaragocista cuando la actual Romareda vive su último derbi y sobre el césped se ponen tres puntos en juego que están repletos de vida para ambos equipos, sobre todo para el Zaragoza. 

Alineaciones probables:

Real Zaragoza: Poussin; Francho, Lluís López, Jair, Clemente; Raúl Guti, Arriaga, Toni Moya; Pau Sans, Soberón y Bazdar.

SD Huesca: Juan Pérez; Gerard Valentín, Toni Abad, Jérémy Blasco, Rubén Pulido, Vilarrasa; Sielva, Javi Pérez, Jordi Martín; Kortajarena y Soko.

Árbitro: Galech Apezteguía (Comité de Navarra).

Estadio: La Romareda.

Hora: 21.00.

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