Real Zaragoza

El derrumbe del Zaragoza como visitante. Viajes a mano abierta

El conjunto aragonés afrontará la final en Ferrol tras ganar un solo partido de sus once últimos a domicilio y haber caído derrotado en seis de sus últimos ocho desplazamientos. No deja la portería a cero desde hace ocho meses

Tasende y Liso, abatidos tras la derrota en Santander ante el Racing.

Tasende y Liso, abatidos tras la derrota en Santander ante el Racing. / CARLOS GIL-ROIG

Jorge Oto

Jorge Oto

Zaragoza

Cada desplazamiento del Real Zaragoza está lejos de ser un viaje de placer para convertirse, más bien, en viajes a mano abierta. Porque aquel equipo aragonés que comenzó la temporada como un tiro con dos victorias consecutivas fuera de casa (0-4 en Cádiz y 1-2 en Cartagena) ha cambiado tanto que está irreconocible En los nueve meses que han pasado desde entonces, el cuadro blanquillo solo ha sido capaz de ganar otros tres partidos más fuera de casa de los 16 que se han disputado. Dos de ellos también con Víctor Fernández en el banquillo.

Pero, sin duda, lo peor ha llegado en los últimos meses. Una sola victoria en los once últimos encuentros disputados a domicilio (1-2 en Málaga) y seis derrotas en los ocho últimos desplazamientos han abocado al Zaragoza al borde del abismo. Antes, su consistencia como foráneo le había sostenido ante su colosal fragilidad en casa, pero, desde hace tiempo, el Zaragoza tampoco funciona lejos de su feudo, donde, por cierto, Gabi todavía no ha puntuado ya que suma dos derrotas (2-0 en Santander y 5-2 en el Ciutat de Valencia) en los dos choques que el técnico madrileño ha dirigido como visitante.

Ramírez, que ganó en Málaga, empató en Córdoba (2-2) y perdió en Elche (1-0), Albacete (2-1) y Almería (4-1), apenas sumó cuatro puntos sobre 15 en esos 5 partidos que el Zaragoza disputó fuera de casa con el canario en el banquillo. Con Víctor Fernández la cosa había sido bien distinta, ya que el Zaragoza ganó cuatro (0-4 en Cádiz, 1-2 en Cartagena y 2-3 en Elda y Tenerife), empató otros cuatro (0-0 en Anduva, 1-1 en Huesca, 2-2 en Córdoba y 1-1 en Riazor) y perdió tres (1-0 en Burgos y Gijón y 2-1 en Eibar) para sumar 16 de los 33 puntos en juego, un notable bagaje.

Así que el Zaragoza afronta la final del domingo en Ferrol lastrado por ese derrumbe de su rendimiento como foráneo que tiene su base en la falta de solidez defensiva, lo que le ha llevado a encajar goles en la práctica totalidad de sus salidas. De hecho, solo en dos de los 18 encuentros que ha jugado fuera de casa ha dejado su portería a cero. El primero fue en el estreno liguero en Cádiz (0-4) y el segundo y el último dos semanas después, el 1 de septiembre, en Miranda (0-0), lo que eleva a ocho meses el tiempo que lleva el conjunto aragonés encajando tantos en sus desplazamientos.

Pero ya no hay excusas para un Zaragoza que visitará el fin de semana a un Racing de Ferrol ya descendido matemáticamente y cuyo feudo es el segundo más fácil de la categoría. Con solo dos triunfos en A Malata (el último de ellos hace bien poco ante el Eldense), el cuadro gallego únicamente ha sido capaz de retener 13 puntos en su estadio, una marca solo mejor a la del colista, y también descendido, Cartagena (9). Ambos, con solo 10 goles a favor en 18 encuentros, son los que menos tantos han celebrado junto a su afición. 

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