Real Zaragoza

Entrevista con Mario Soberón: "Pienso que mi lesión no estuvo bien gestionada"

El máximo goleador del Real Zaragoza hace balance de la complicada temporada que está a punto de terminar

Mario Soberón, este miércoles, en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza

Mario Soberón, este miércoles, en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza / Rubén Ruiz

Arturo Pola

Arturo Pola

Zaragoza

El máximo goleador del equipo aragonés hace balance de una temporada que considera agridulce tanto a nivel individual como colectivo. Soberón reconoce haberlo pasado mal por sus problemas físicos aunque también considera que ha aprendido muchas cosas para el futuro. El delantero confiesa que les sorprendió la dimisión de Víctor Fernández, habla muy bien del trabajo de Ramírez y considera que la llegada de Gabi ha sido clave: «Nos ha ayudado mucho a competir».

¿Qué es lo primero que se le pasó por la cabeza cuando el árbitro pitó el final del partido contra el Deportivo de La Coruña?

Lo primero es alegría. Estás contento porque cumples un objetivo. No es el que teníamos marcado, pero era el que nos tocaba a raíz de cómo ha ido la temporada. Es verdad que te queda un sabor agridulce porque no era nuestro objetivo y, sinceramente, no debería volver a serlo.

¿Entendió la reacción de la afición nada más acabar el encuentro y durante la vuelta de honor al campo? 

Sí, porque al final no hemos cumplido el objetivo ni hemos estado cerca de cumplirlo, entonces es lógico que reaccionen así porque ni ellos ni nosotros queríamos estar en esa situación y ellos pueden mostrar su enfado de la manera que consideren.

Imagino que el verano pasado, cuando llegó, no entraba en sus planes que el Real Zaragoza se salvara en la penúltima jornada. 

No. Está claro que el año ha sido malo porque el Real Zaragoza no puede luchar por la salvación, pero bueno, al final la situación se ha dado así y te quedas contento porque podía haber sido peor. El club tiene que luchar por los puestos de arriba. Tenemos que hacer autocrítica, ser más exigentes. Lo mejor que ha podido pasar es que se acabe ya todo y que reseteemos para la temporada que viene.

Ha sido con diez tantos el máximo goleador del equipo, pero se ha perdido 18 de los 42 partidos de la Liga, casi la mitad. ¿Su sensación también es agridulce a nivel personal?

El sabor de boca al final es malo porque todo jugador quiere jugar lo máximo y, sobre todo, estar disponible cuanto más tiempo posible. En mi caso, he encadenado muchas lesiones. Ha sido un año complicado en ese aspecto, pero al final es parte del fútbol.

Ahora que parece que las ha dejado atrás y mirándolo con perspectiva, ¿cómo explica lo que le ha ocurrido a nivel físico y muscular durante todos estos meses?

 Si te soy sincero, pienso que mi lesión no estuvo bien gestionada. Pero es algo que ya ha pasado, entonces tampoco quiero darle más vueltas.

¿Se refiere por su propia parte o por los servicios médicos del club?

Por mi parte estoy contento porque siempre hago lo mejor o lo mejor que puedo, doy todo lo que puedo. También me llevo cosas buenas porque he aprendido a conocerme más, a saber cuándo sí y cuándo no. Igual ahora he encontrado más la forma o el método más correcto para mí.

¿Qué le decían los médicos? ¿Cuál era el diagnóstico? No se le ve demasiado conforme.

Como decía, es algo del pasado que no quiero darle mucha más importancia.

Dejando a un lado lo físico, ¿cómo ha llevado todo eso a nivel mental?

Es duro estar lesionado, volver a recaer, es complicado. Lógicamente, no es algo que sea fácil de llevar. Pero me ha servido para aprender, para llevarme lo positivo de ese parón o varios parones. Y a partir de ahí espero que me sirva para la temporada que viene intentar ayudar más al equipo, que es lo que quiero. A nivel mental también he crecido, he dado un salto, he mejorado y creo que me va a hacer ser mejor jugador.

Lo que no perdió con la lesión es su instinto goleador, eso es algo que se tiene ¿no?

Sí, no sé explicarlo. Creo que soy inteligente, que intuyo bien las jugadas, me anticipo al rival y a partir de ahí intento estar siempre bien colocado para poder rematar, para poder dar un pase de gol o para poder sumar al equipo.

Aunque en este último tramo del curso no se le ha visto con la chispa o la velocidad del comienzo. ¿Se ha recuperado al 100%?

Creo que no he estado al 100% nunca desde que he venido aquí, pero también es verdad que el verano me va a ayudar. Pero al revés, estos últimos partidos es cuando mejor me he encontrado, pero también es verdad que un poco por la situación del equipo, de que igual jugábamos más compactos o que teníamos que hacer muchas más ayudas, pues también haces un desgaste que luego te pasa un poco de factura. Pero que todo sea porque el equipo pues saca los resultados, que al final era lo más importante.

También ha habido debate durante el año de si Mario Soberón juega mejor de ‘9’ de referencia o de segundo delantero. ¿Dónde se encuentra usted más cómodo?

Me da igual. A mí me gusta jugar, entonces a partir de ahí me da igual dónde. Quizás con otro compañero me siento un poco más cómodo porque nos repartimos un poco más las funciones y al final no estás tan solo arriba, pero tampoco es algo que me importe, la verdad.

Hablando ya del equipo, ¿qué explicación encuentra para el derrumbe del Zaragoza tras un inicio casi soñado? 

No sé explicarlo, simplemente sucede. Es fútbol. Lo importante es que, de cara a años futuros, los jugadores aprendamos también un poco a gestionar este tipo de situaciones, el cuerpo técnico y todos para que no vuelva a suceder o al menos que si sucede se pueda llegar a corregir.

¿Recuerda un momento o un partido en el que pensara que la temporada se había torcido definitivamente?  

Tenía muchas esperanzas en el partido del Sporting aquí en casa, que nos empatan en el 90. Sentía que estábamos un poco lejos, pero que estábamos cerca de todavía poder engancharnos. Y es verdad que quizás el gol que nos meten te hace un poco decir ‘hostia, es un golpe duro’. Yo creo que eso también nos hizo ir al partido del Eldense con la moral más baja.

Yendo un poco más atrás, ¿podían sospechar que Víctor iba a dimitir o les pilló por sorpresa?

Él nos explicó que quería echarse a un lado, que quería dimitir, que no quería seguir y nos explicó sus motivos. No era algo que nosotros esperáramos. La verdad es que sí que nos sorprendió un poco.

Luego llegó Ramírez y su etapa fue convulsa en todos los sentidos. ¿Qué opinión le merece ese paso por el equipo?

A mí la verdad es que Miguel Ángel fue una persona que me ayudó mucho con la lesión. Él llega cuando yo estoy todavía recuperándome de la lesión del cuádriceps y me transmitieron mucha confianza y me ayudaron bastante a recuperarme. En eso siempre le voy a estar agradecido. Me dio pena que los resultados no fueran buenos porque creo que su forma de trabajar era muy buena.

Entonces Gabi llega al rescate. ¿Qué es en lo que más ha ayudado a los jugadores? 

En competir. Nos ayuda mucho a competir. Creo que algo que quizás nos fallaba con los otros entrenadores era un poco esa forma de competir, esa forma de vivir los partidos porque al principio de temporada también ganábamos, pero hubo ciertos momentos en los que nos faltaba igual competir mejor. Igual esa es una de las cosas que explican el porqué de que el equipo se cayera, no lo sé. Nos ha inculcado mucho esa mentalidad.

¿Considera que Gabi se ha merecido seguir el año que viene?

Los números que ha logrado ahí están. Poco puedo decir más.

El juego y la forma de sacar los partidos no ha sido la más brillante, ¿no?

Cuando llegas con una necesidad o una urgencia como había cuando llega Gabi y con tan poco tiempo creo que tampoco se pueden mirar muchos aspectos. Yo creo que él se centró en lo básico, que era competir, con sus ideas lógicamente, pero para sacar los puntos. Al final creo que era lo más importante y se ha visto que es lo que demandaba la situación.

La mejoría ha llegado en casa, donde no se ha perdido. ¿Es verdad que La Romareda mete goles?

Sí, la afición nos ha ayudado mucho en este final de temporada. Ha tenido gran parte de culpa de que la situación se sacara adelante porque creo que han estado espectaculares. Lo único que puedo hacer es darles las gracias.

¿Han sentido en algún momento que también es capaz de marcarlos en contra? 

No, yo no. También es verdad que igual cuando la situación estaba un poco más crispada yo no estaba en el campo, entonces tampoco puedo valorar mucho. Personalmente, opino que el público es soberano en ese sentido. La afición paga su abono y tiene derecho siempre a decir si lo estamos haciendo bien o mal. Al final ellos son también parte de lo que es el Zaragoza. Pueden hacer lo que consideren, pero se ha demostrado que si estamos más conectados y más unidos las cosas salen mejor.

Al menos ha tenido el honor de jugar en el último año de La Romareda y ha sido de los jugadores más aclamados. 

Estoy muy orgulloso por ello. Aunque hayas venido a jugar a La Romareda como visitante, no es lo mismo que sentirlo como tuyo, sentirlo como local, y es algo que a mí me ha impresionado. Me acuerdo especialmente del ambiente del partido ante el Elche. Que La Romareda coree tu nombre es una sensación única.

Tiene un año más de contrato y habla usted de futuro. No parece que haya dudas de que va a seguir en el Real Zaragoza. 

Sí. A mí nadie me ha dicho lo contrario (ríe). Intuyo que sí, porque creo que lo he hecho bien para poder continuar. 

Tanto Gabi como Francho han hablado de que hace falta un cambio radical. ¿Qué cree Soberón que hay que cambiar?

No lo sé, sinceramente. Es que no creo que sea yo la persona indicada ni para pensar en ello ni para decirlo. O sea, te quiero decir que no es algo que a mí me preocupe. A mí lo que me preocupa es que el año que viene estemos compitiendo con los mejores de la categoría.

Y, a nivel personal, ¿qué le pide a la próxima temporada?

A mí siempre me gusta mejorar. Si puedo hacer mejor temporada que la que he tenido, que confío en que sí, pues lo haré.

Seguro que en verano volverá la ilusión. ¿Cree que tanto vosotros los jugadores, la directiva o la prensa nos equivocamos al hablar siempre de ascenso?

Yo tampoco creo que sea una equivocación, lo que sí que hay que ser es realistas. El club lleva años mal sin cumplir los objetivos. La categoría es muy complicada, muy igualada y te puede suceder como estos años, empezar muy bien y que luego ciertos detalles te empiecen a hacer que caigas. Y ahí es donde el club, los jugadores, todos, tenemos que intentar darle la vuelta lo antes posible. Como hemos hecho quizás en este final para volver a reflotarnos y estar luchando con los de arriba. Pues al final lo más importante es, cuando pierdes, intentar volver a ganar.

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