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Sebas Moyano y el recuerdo de un partido especial desde el otro lado

El extremo del Zaragoza, canterano cordobesista y de amarga salida de ese club en 2020, debutó como titular en Segunda en La Romareda en la 18-19. "Fue algo especial, sin duda. Empatamos a cero y, la verdad, tengo buenos recuerdos de ese día", dice

Sebas Moyano, junto a Lasure en el Zaragoza-Córdoba en el que debutó en el once blanquiverde en la 18-19.

Sebas Moyano, junto a Lasure en el Zaragoza-Córdoba en el que debutó en el once blanquiverde en la 18-19. / JAVIER BELVER

Santiago Valero

Santiago Valero

Con 15 años y en 2012, en cadetes, entró en la cantera del Córdoba Sebas Moyano, nacido en la localidad cordobesa de Villanueva del Duque y que permaneció en el equipo de su tierra hasta 2020, cuando se marchó al Lugo, con proceso judicial de por medio, para ser jugador del cuadro gallego y que su carrera se empezara a relanzar en una cesión al Ebro. Está claro que con el Real Zaragoza vive este domingo un encuentro especial ante un enemigo querido y conocido.

Y eso que en el conjunto blanquiverde, donde se formó, vivió de todo, ser una de las grandes promesas, con una veintena goles con el filial en Tercera en la 15-16 y con Luis Carrión, su entrenador fetiche, el que le hizo debutar en Segunda y el que más nivel le sacó en el Oviedo, y tener que vivir dos cesiones consecutivas en el mercado de invierno al Valencia Mestalla antes de marcharse de forma definitiva de un club no precisamente bien gobernado en esos momentos.

Gabi saluda a Sebas Moyano en el entrenamiento de este sábado.

Gabi saluda a Sebas Moyano en el entrenamiento de este sábado. / LAURA TRIVES

En medio, solo siete partidos disputó con el primer equipo de Córdoba en Segunda (21 en total contando los de Segunda B y en Copa) y su estreno en la categoría de plata llegó en el Nuevo Arcángel en la 16-17 ante el Numancia, pero fue en la 18-19 y con Curro Torres donde más jugó en la división de plata de blanquiverde, hasta seis partidos y su primera titularidad fue en La Romareda, en la jornada 17 de esa temporada, con Lucas Alcaraz, de fugaz pasado en ese puesto, en el banquillo zaragocista y en un partido en el que disputó 73 minutos, un duelo que acabó con empate sin goles.

El partido pues es de una sensación extraña para Moyano, que recuerda aquella cita: "Fue algo especial, sin duda. Empatamos a cero y, la verdad, tengo buenos recuerdos de ese día. Ahora me toca en el bando contrario, en el Real Zaragoza, que al final es el equipo al que me debo. Y bueno, esperamos llevarnos los tres puntos", aseguraba este viernes en una entrevista en el Diario Córdoba, donde no reniega de sus orígenes: "Sigo viendo al Córdoba, tiene un gran equipo, le irá bien", afirma el extremo.

Salida compleja

Tras salir de ese club en 2020, un adiós en el que deja entrever una cierta amargura, porque "yo soy de allí, estaba muy a gusto allí, pero bueno, ya sabemos todo lo que hubo alrededor del club y demás... Y al final, yo necesitaba salir para buscar minutos", recuerda de esa marcha, muy traumática. Y es que el canterano cordobés sufrió una polémica salida del club de su vida tras ser involucrado en una operación de traspaso con el Lugo para desbloquear sus derechos federativos (la directiva blanquiverde utilizó al jugador como pago de una deuda y este pasó a ser propiedad de un fondo inversor), lo que dio lugar a un proceso judicial por despido y resultando en una indemnización para el extremo zaragocista de más de 140.000 euros pese al recurso presentado por la entidad cordobesista.

"Al Córdoba le deseo mucha suerte, pero solo a partir del domingo (sonríe). Las sensaciones en el Zaragoza no han sido malas, pero al final si no lo traducen en puntos, pues es más difícil de llevar"

Esa salida le llevó al Lugo, donde tras ese paso por el Ebro, explotó como jugador del equipo gallego para firmar en 2023 con el Oviedo y rozar el ascenso en la 23-24, en su mejor año de largo en la categoría de plata y poder medirse al equipo de su infancia el curso pasado, donde logró subir, aunque con menos presencia en el equipo astur, y sin poder disfrutar de la élite ahora como carbayón. Contra el Córdoba, no jugó en la ida en el Tartiere, con derrota azul, pero sí en la vuelta, con tablas y 60 minutos en la que fue su casa, en el Nuevo Arcángel. Este domingo lo va a repetir en el Zaragoza, ya que es fijo para Gabi, el único que ha jugado de inicio en todos los encuentros.

"Le deseo mucha suerte, pero solo a partir del domingo (sonríe). Las sensaciones en el Zaragoza no han sido malas, pero bueno, al final si no lo traduces en puntos, pues es más difícil de llevar. Nos hace ir más decididos. Venimos de la semana pasada, de ganar fuera de casa, y creo que es algo que es importante y ahora intentaremos enganchar dos victorias seguidas", añadió en esa entrevista al diario cordobés, donde habla también de su gol al Mirandés. "Al final entró, me hacía falta y llevaba tiempo buscándolo", argumenta, con el deseo de aumentar su cuenta ante su rival más especial de la temporada.

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