La opinión de Sergio Pérez
El momento crítico con Gabi Fernández y el riesgo de implosión de otro proyecto del Real Zaragoza
Los tres proyectos anteriores de la actual propiedad quedaron en agua de borrajas por errores propios. El cuarto está en el alero nada más comenzar y la estabilidad, de nuevo en riesgo

Fernando López, Gabi Fernández y Txema Indias, en la presentación del técnico el pasado mes de junio. / JAIME GALINDO

Tampoco hay que retroceder mucho más en el tiempo. Con echar la vista atrás en las dos últimas temporadas basta para traer a la actualidad lo que se ha convertido en una constante a lo largo de estas trece temporadas consecutivas en Segunda División. Hace dos años, el Real Zaragoza despidió a Fran Escribá en noviembre. Hace uno, Víctor Fernández dimitió de manera irrevocable en diciembre. En las dos ocasiones, el club contó con tres entrenadores (Julio Velázquez y Víctor Fernández en el primer caso y Miguel Ángel Ramírez y Gabi en el último).
La crisis del otoño, tan repetida en esta etapa en Segunda, ha llegado esta vez antes que en las pasadas temporadas. El Real Zaragoza ha comenzado la Liga de manera preocupante, con unos resultados muy pobres: seis puntos de 24 posibles, que lo han anclado en la zona de descenso, en la penúltima posición con solo una victoria.
Como siempre ocurre en este tipo de situaciones, todos los ojos se giran hacia la figura del entrenador. El hombre que ahora mismo ocupa el banquillo es Gabi Fernández y en él están puestas todas las miradas. Gabi es una persona de fútbol de toda la vida. Y pragmático como ninguno. Sabe perfectamente que esto que está viviendo ahora mismo es consustancial a la naturaleza de este deporte tal como se concibe en el mundo occidental. Eso sí, plato de buen gusto no es para nadie, tampoco para quien las ha vivido de todos los colores en su carrera como jugador y está empezando a sufrirlas en su etapa de entrenador.
Gabi Fernández dirigirá este sábado al Real Zaragoza en Almería en la novena jornada de Liga con el agua de los resultados al cuello, que es lo peor que le puede suceder a un técnico. La propiedad apostó por él de manera decidida este pasado verano tras su gran trabajo hacia la permanencia para ser el capitán de un barco que se zarandeara poco, que navegara por mares en calma y que fuera haciendo millas hacia el futuro.
El actual consejo de administración de la SAD tiene una gran aspiración que todavía no ha podido cumplir y que se ha frustrado año tras año sin solución de continuidad: construir un proyecto estable, duradero, que crezca poco a poco y con paso firme. Los tres proyectos anteriores quedaron en agua de borrajas por errores propios. El cuarto, que acaba de empezar, está en el alero de la incertidumbre a las primeras de cambio. Jorge Mas y compañía no han conseguido detener esos vaivenes eternos, la inestabilidad permanente. No solo eso sino que han profundizado en ella. Es ahí por donde hay que buscar la explicación principal a todos los males que el club sufre desde hace trece años. El enemigo del Real Zaragoza es, muchas veces, el propio Real Zaragoza.
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