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El Real Zaragoza solo había sido colista de Segunda una vez en los últimos 80 años

Cerró la tabla en tres ocasiones más a lo largo de su historia: dos en los años 40 y la última en diciembre de 2020

Guti, cabizbajo tras encajar uno de los cuatro goles en Almería.

Guti, cabizbajo tras encajar uno de los cuatro goles en Almería. / Carlos Gil-Roig

Jorge Oto

Jorge Oto

Zaragoza

Sigue empeñado el Real Zaragoza en caer lo más bajo posible. El desastroso inicio de temporada ocupa ya un lugar preferente en la crónica negra del club, sumido en una situación crítica con el equipo colista de Segunda a tres puntos ya de la salvación y recorrido ya casi un cuarto de la competición.

Apenas hay precedentes de semejante infamia a lo largo de los más de 90 años de existencia del Zaragoza. De hecho, solo había cerrado la tabla clasificatoria de Segunda en tres ocasiones anteriores, la última hace cerca de 1.800 días (en diciembre de 2020) y las otras dos se remontan a los años 40. Casi nada.

En la 41-42, el Zaragoza empezó el curso con una goleada a domicilio en Inca ante el Constancia (5-1). El equipo, recién descendido, empezaba de la peor forma posible el camino de retorno a Primera y la dinámica acabó costándole el puesto a Gamborena, que presentó su dimisión tras la séptima jornada. Fue entonces cuando el Zaragoza comenzó a carburar, aunque el golpe de efecto definitivo llegó con la contratación del exinternacional Jacinto Quincoces, que llevaría al Zaragoza de vuelta a Primera.

También fue colista el conjunto aragonés tras la jornada 25 (la penúltima) de la campaña 1946-47, de funesto recuerdo, ya que el Zaragoza acabó penúltimo y descendió junto al Betis a Tercera División.

Así, solo hay un precedente en la historia moderna del club. Aquella temporada 20-21, marcada por la pandemia, estuvo a punto de mandar al cuadro blanquillo a Primera RFEF. Después de que la irrupción del coronavirus detuviera lo que parecía un ascenso inevitable del Zaragoza a Primera, el curo siguiente fue totalmente distinto. Rubén Baraja apenas duró una decena de partidos en el banquillo y el club entregó el equipo a Iván Martínez, campeón de España con el División de Honor juvenil. Sin embargo, la apuesta resultó fallida (el Zaragoza perdió siete de los ocho encuentros dirigidos por el aragonés) y, a la conclusión de la jornada 16, habitaba en la última posición de la tabla. La llegada, tres encuentros después, de JIM cambió la dinámica y sacó al equipo de un pozo que vuelve a ocupar ahora.

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