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El eterno baile de porteros en el Real Zaragoza: 14 cambios en tres temporadas

El segundo relevo del curso en el marco zaragocista supone un cambio de meta cada seis partidos y medio desde la 23-24 para subrayar la inestabilidad en un puesto clave acentuada por la sucesión de entrenadores nuevos.

Adrián, Obón y Andrada, junto al entrenador de porteros Joaquín Moso antes del partido ante la Cultural Leonesa.

Adrián, Obón y Andrada, junto al entrenador de porteros Joaquín Moso antes del partido ante la Cultural Leonesa. / MIGUEL ANGEL GRACIA

Jorge Oto

Jorge Oto

Zaragoza

La portería del Real Zaragoza viene siendo un campo de minas desde hace mucho tiempo. En concreto, desde que Cristian Álvarez sucumbió ante los rigores de su estado físico, lo que le obligó a colgar los guantes y pasar a los despachos (es el actual director de Relaciones Institucionales del club). El argentino había traído la estabilidad a una posición tradicionalmente asociada a la dificultad, pero su marcha ha devuelto la inconsistencia a una posición clave, afectada, sin duda, por el incesante desfile de entrenadores que vienen pasando por el banquillo aragonés.

De hecho, la vuelta, en Gijón, de Adrián en detrimento de Andrada supone el segundo relevo de portero en apenas once partidos y eleva a 14 los cambios de guardia en las tres últimas temporadas. En este periodo, el Zaragoza ha cambiado de portero cada seis partidos y medio. Mal asunto.

El Zaragoza cambia de portero cada seis partidos y medio desde la 23-24

Sobre todo, porque solo cuatro de estos movimientos se llevaron a cabo como consecuencia de una lesión. Tres de ellos tuvieron al propio Cristian como afectado (en las jornadas 9 y 12 de la campaña 23-24 y en la 41 de ese mismo ejercicio). Poussin, Rebollo y Edgar Badía fueron sus sustitutos en cada uno de esos encuentros para aumentar a cuatro el número de guardametas con participación en una convulsa temporada en la que se acometieron media docena de movimientos bajo palos.

La cuarta variación por culpa de un percance físico alcanzó a Femenías, que sufrió una rotura muscular durante el estreno liguero en Cádiz de la pasada campaña. Poussin, muy criticado por sus malas actuaciones el curso anterior y que había estado con pie y medio fuera del club en verano, aprovechó la baja por lesión de sus dos compañeros para hacerse con un puesto que no soltaría hasta la jornada 18, cuando Víctor Fernández devolvió el marco a Femenías.

Pero el bajo rendimiento del balear y la dimisión de Víctor devolvieron el puesto a Poussin apuesta de David Navarro en su único partido al mando. Sin embargo, Miguel Ángel Ramírez volvería a cambiar de portero en su sexto encuentro al frente del equipo, aunque Poussin regresaríaa escena tras la llegada de Gabi para entregar el último partido (con el equipo ya salvado) a Femenías, que encajó cuatro goles en Castellón. En total, otros seis movimientos en la portería. Ahora, de nuevo el estreno de un entrenador (Sellés) ha traído consigo un nuevo relevo en la portería del conjunto aragonés. Y van 14.

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