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Un regalo del cielo. La crónica del Mutilvera-Real Zaragoza (1-3)

El Zaragoza solventa sin pena ni gloria el trámite con una victoria gris dedicada al malogrado Jorge, sustentada en un gol en propia puerta de la Mutilvera

Juan Sebastián celebra su gol con la camiseta del malogrado Jorge Casado mientras el capitán Francho aplaude

Juan Sebastián celebra su gol con la camiseta del malogrado Jorge Casado mientras el capitán Francho aplaude / REAL ZARAGOZA

Jorge Oto

Jorge Oto

Zaragoza

Se trataba de dejar de perder de una vez. Cuatro derrotas consecutivas y una crisis galopante hacían de la Copa un bálsamo para soltar penas y lastre. Y eso hizo el Real Zaragoza, ni más ni menos. Había que ganar y se ganó. Se trataba de pasar y se pasó. Una victoria al fin para volver a creerse capaz de ganar y de cumplir con la obligación de solventar trámites. Pero, sobre todo, se trataba de honrar a Jorge, un chaval de 15 años que el lunes se fue sin avisar para destrozar a los suyos y a muchos otros. La desolación perdura y lo hará durante mucho tiempo. Rendirle tributo y honrar su figura era lo mínimo que podía hacer el Zaragoza.

Sin pena ni gloria selló el equipo aragonés su pase a la siguiente ronda copera, que de eso se trataba. Pero las sensaciones que transmitió el equipo fueron igual de preocupantes que hasta ahora. Eso sí, al menos evitó repetir fiascos que se han sucedido en el pasado reciente en el torneo que más gloria le ha dado en su historia y que tanto ha ultrajado en los últimos años.

El mejor zaragocista sobre el campo fue Andrada, lo que pregona a los cuatro vientos el nivel exhibido por un conjunto aragonés que no fue superior a su oponente, pero que se encontró con un regalo inesperado del cielo en forma de gol en propia puerta . Roncal mandó el balón a su portería de forma involuntaria al encontrarse un centro de Bazdar al que no había llegado su compañero Morte para poner por delante al Zaragoza, que hasta entonces no había hecho acto de presencia por las inmediaciones de Ojer.

De hecho, Bujanda y Telletxea estuvieron cerca de adelantar a la Mutilvera, pero se encontraron con la seguridad de Andrada, que sostuvo al Zaragoza hasta la llegada de ese golpe de suerte que abrió el camino hacia esa victoria tan necesaria.

El varapalo desanimó a los locales, que pagaron su desconcierto con un segundo tanto apenas diez minutos después. Una buena combinación entre Bazdar y Juan Sebastián derivó en un disparo del canterano que se coló a la izquierda del marco mal defendido por Ojer para encarrilar la eliminatoria y evitar otro sofocón, que ya van demasiados, de un Zaragoza que sufría las continuas internadas de Goñi desde la izquierda.

La inspiración de Andrada al desviar a córner un remate lejano de Telletxea mantenía la cómoda ventaja de un Zaragoza que tenía en Bazdar, con libertad para moverse por todo el campo desde la mediapunta, a su efectivo más activo. Pinilla, al que Sellés puso en la derecha, no estaba cómodo y Moyano, cuyo bajón es alarmante, apenas dio una a derechas desde el otro costado.

Atrás, el debutante Gomes mantenía el tipo. Más que Kosa, un desastre con el balón en los pies cuyos errores estuvieron cerca de costar caro. Uno de ellos propició una clara ocasión de Bujanda, que disparó alto poco después de que el mismo jugador se topara de nuevo con la buena colocación de Andrada.

El descanso, después de que Telletxea rozara el tanto tras un grave error de Moyano, dio paso a una segunda parte en la que al Zaragoza le bastaba con imponer su ritmo y contener las acometidas del rival para recoger, marcharse a casa con los deberes hechos y centrarse en lo realmente relevante: sobrevivir. Sellés dio la alternativa a Barrachina y los primeros minutos del curso a Bakis, al que el asistente privó de ponerse delante del meta rival al señalar un inexistente fuera de juego.

Pero era la Multivera la que llegaba con más claridad. Telletxea mandó al palo un centro desde la izquierda poco antes de que Sebas Moyano rematara como un alevín un balón que Bakis le había dejado franco para marcar.

Pero Andrada seguía siendo el mejor de los visitantes. El meta argentino privó a Goñi de un tanto que el bullicioso lateral se había ganado a pulso justo antes de que Kodro y Bakis gozaran de una doble oportunidad que se escapó por bien poco.

Otro Goñi, Xabier, se unía al amplio listado de amenazas para Andrada, pero fue el Zaragoza el que sentenció con el mejor tanto de la temporada. Moya habilitó a Aguirregabiria en la derecha para que la internada del lateral acabara con un centro medido a Kodro, que hizo lo que mejor sabe hacer: rematar desde el área pequeña.

El tanto, sin embargo, no otorgó el descanso definitivo ya que Goñi convirtió un claro penalti por mano de Gomes para añadir picante al final. Andrada salvó otra mientras caía el diluvio desde un cielo donde Jorge echó una mano.

Mutilvera: Ojer; Roncal, Blesa, Morte, Lizarraga, Eloi Goñi (Galhardo, m. 80); Banzo (Arocena, m. 69), Terés (Goicoechea, m. 86), Aranguren, Bujanda (Xabi Goñi, m. 69); y Tellechea (Iva, m. 80).

Real Zaragoza: Andrada; Juan Sebastián (Aguirregabiria, m. 46), Gomes, Kosa (Insua, m. 71), Pomares (Barrachina, m. 46); Francho, Moya; Pinilla (Pau Sans, m. 55), Moyano; Bazdar (Bakis, m. 46) y Kodro.

Goles: 0-1, m. 14, Roncal, en propia puerta. 0-2, m. 25, Juan Sebastián. 0-3, m. 78, Kodro. 1-3, m. 88, Goñi, de penalti.

Árbitro: Palencia Caballero. Amonestó a a Eloi Goñi, Blesa y Roncal, por la Mutilvera; y a Barrachina, Sebas Moyano y Bazdar por el Zaragoza.

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