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Gabi: "Me fui dolido, no lo llegas a entender cuando el mensaje de puertas adentro es otro"

El técnico, que ve más complicado que el equipo se salve, juzga precipitada su salida y deja claro que en "el fútbol las palabras no valen para nada", además de asegurar que la "realidad del Zaragoza a día de hoy es que nadie quiere ir, ni entrenadores ni jugadores"

Gabi sale de las oficinas del club junto a Txema Indias.

Gabi sale de las oficinas del club junto a Txema Indias. / Jaime Galindo

Santiago Valero

Santiago Valero

El exentrenador del Real Zaragoza Gabi Fernández concedió en El Larguero de la Cadena Ser su primera entrevista tras su destitución el 12 de octubre, con el equipo colista después de nueve jornadas y aseguró que vio el despido “precipitado” y que no lo había entendido después de los mensajes que se habían dado. Además, explicó que ve la salvación, el eludir descender a Primera RFEF, “mucho más complicada” y que la lección que le deja el Zaragoza, a donde llegó en marzo, es que “en el fútbol las palabras no valen para nada, no espera a nadie”.

“Lo veo más complicado que (que se salve) que antes la verdad, creo que se han dado vuelta a muchas situaciones, sobre todo con la afición y el mensaje que dimos hace seis meses se ha venido abajo. Lo veo complicado, pero ojalá que sea así" aseguró Gabi en esa entrevista, tras su salida del Zaragoza, que enfatizó en que siendo los resultados tan malos (1 victoria en nueve jornadas) no había reproches y deseó que el equipo se recuperara y se enganchara al playoff. El día de su adiós, el 12 de octubre, Gabi, a la salida de la Ciudad Deportiva, aseguró que "estoy jodido por la situación pero tranquilo con el trabajo y espero que el equipo salga adelante. Me voy con la conciencia tranquila y sin ningún tipo de reproche hacia nadie".

"Creía que iba a tener más tiempo, esa es la realidad, por el mensaje, el input que tienes del director deportivo y del director general, que están todos los días contigo. La lección que me queda es que las palabras no valen para nada, tienes paciencia, te dicen que tengas paciencia en los fichajes… luego no hay tiempo para nada. El fútbol no espera a nadie”

Con todo sí mostró un claro atisbo de decepción. “Creía que iba a tener más tiempo, esa es la realidad, por el mensaje, el input que tienes del director deportivo y del director general, que están todos los días contigo. Necesitábamos tiempo, porque en el fútbol los milagros no existen, estábamos a tres puntos del 13º y a dos partidos del octavo. No lo entiendes, no lo llegué a entender, sabiendo que vas último y no puedes decir nada”, aseveró, para añadir: “La lección que me queda es que las palabras no valen para nada, cuando crees en un proyecto, trabajas y das todo, tienes paciencia, te dicen que tengas paciencia en los fichajes… luego no hay tiempo para nada. El fútbol no espera a nadie”.

"Sabíamos que íbamos a empezar regular y que no te den la capacidad para sacarlo adelante para mí es precipitado, una decisión precipitada. El mensaje al menos el mío fue claro, con la afición, que estuvo en todo momento con nosotros, era un mensaje realista de que iba a ser un año complicado, pero sabiendo que lo podíamos sacar"

Para Gabi, su mensaje fue de absoluto realismo y sinceridad desde el principio de la temporada. “Sabíamos que iba a ser muy difícil, con 13 jugadores nuevos, de los que 10 no estuvieron en pretemporada y tres futbolistas del filial. Hasta 16 nuevos… Sabíamos que íbamos a empezar regular y que no te den la capacidad para sacarlo adelante para mí es precipitado, una decisión precipitada. El mensaje al menos el mío fue claro, con la afición, que estuvo en todo momento con nosotros, era un mensaje realista de que iba a ser un año complicado, pero sabiendo que lo podíamos sacar. No sucede eso, los resultados son malos, y sin ningún reproche te echan”, aseveró el ya exentrenador zaragocista.

En todo caso, el preparador madrileño, que afirmó que hubiera hecho las cosas de igual manera si pudiera dar marcha atrás y que “moriría con los jugadores que tenía”, también dejó claro que los futbolistas estaban con él. “Eso habría que preguntárselo a ellos, pero estoy convencido de que sí, que si hubiera habido un jugador que hubiera dicho que no confiaba en nosotros, yo habría salido por la puerta sin que me hubieran echado”, espetó, poniendo el foco en la pegada del equipo, en la falta de pólvora, como el gran problema que le llevó a la destitución. “El Zaragoza estaba compitiendo en todos los partidos, trabajando cada día mejor, generaba ocasiones de gol, no le generaban casi nada, le faltaba mucho acierto de cara a portería. Hubo tres o cuatro partidos que pudimos ganar perfectamente, pero aquí va de meter la pelotita, de resultados”.

En todo caso, el exentrenador del Zaragoza habló de su llegada en marzo volviendo a reconocer que le había dicho que no al club en diciembre anterior, tras la marcha de Víctor Fernández al "no ser la situación tan crítica", pero cuando tuvo que ocupar el sitio de Ramírez no dudó. “Me dije que tenía que ir, sin miedo, a ayudar. Fue un poco a la desesperada, fue un acto de valentía y de amor por un equipo que como jugador me había ayudado y este año tenía muchísima ilusión por un proyecto que no ha salido adelante para mí de una manera precipitada”, insistió en esa palabra.

En todo caso, el preparador madrileño se lleva los “mensajes de ánimo y comprensión de la gente” y tiene claro que si el club le vuelve a llamar “voy ahora mismo, mañana y me siento capacitado para sacarlo”, aseveró, aunque dejó otro dardo: "La realidad del Zaragoza a día de hoy es que nadie quiere ir, ni entrenadores ni jugadores. O va gente muy inexperta o que sienta al Zaragoza, si no, nadie va", cerró.

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