Si algo volvió a evidenciar la reunión de ayer es que los ocho grupos parlamentarios de las Cortes de Aragón mantienen posiciones muy diversas respecto a la planificación hidrológica, y así se lo trasladaron a la ministra en el encuentro que mantuvieron y que se prolongó por espacio de más de una hora y media. Según se trasluce de lo que transmitieron los portavoces de los partidos presentes en la reunión, esta fue más una exposición de los argumentos de cada uno que respuestas concretas de Ribera a sus planteamientos. Por ello, salvo en el caso del PSOE y Unidas Podemos, la reunión dejó un resultado agridulce, cuando no muy negativo, como hicieron ver el PP y Vox.

Precisamente el diputado del PP, Ramón Celma, fue el más crítico con la reunión y la posición de la ministra, a la que acusó de «no pisar el barro», le reclamó que salga «de la alfombra» para conocer así «la realidad de los agricultores aragoneses». Por eso le pidió hechos y menos fotos (algo que también reclamó al Gobierno de Lambán). «Solo así podrá entender que se eliminaron más de 150.000 hectáreas de modernización de regadíos, o 30 obras del Pacto del Agua». Celma recriminó que no se dé «respuesta a los regantes» de Santolea y que se haya esperado «al último minuto» para sacar adelante Mularroya. Como el portavoz del PSOE, Vicente Guillén, habló posteriormente, aprovechó para replicarle. Además de destacar que este Gobierno ha invertido o va a invertir más de 300 millones de euros en infraestructuras hidráulicas en Aragón. A su juicio, la ministra «despejó incógnitas» y recordó que el Pacto del Agua es un punto y seguido que debe adaptarse al cambio climático.

El portavoz de IU, Álvaro Sanz, expuso a la ministra ocho cuestiones que no obtuvieron respuestas precisas. Pidió una revisión del Pacto del Agua, y que se descarte definitivamente Mularroya. Le mostró su preocupación por los planes de restitución («los grandes olvidados»), la depuración en Aragón, la contaminación difusa que ya es un grave problema «en 177 municipios de Aragón», el abastecimiento de agua a Zaragoza cuando se cumplen 13 años de la puesta en marcha aunque sin funcionar del embalse de La Loteta, o la situación de los huertos tradicionales en zonas regadas como en el Manubles o el Jiloca.

Por parte de CHA, uno de los partidos del Gobierno que tiene una visión discrepante con el PSOE y el PAR, su portavoz Joaquín Palacín consideró que el Pacto del Agua vigente está «desfasado», y sugirió que hay que reflexionar sobre las obras que están judicializadas. Solicitó un nuevo pacto que tenga en cuenta la nueva cultura del agua y recordó las experiencias de Santaliestra y San Salvador (cuando se abandonó el primer proyecto por el segundo, que sí tenía consenso) para que sean tenidas en cuenta. Al igual que IU, exigió que se lleven a cabo los planes de restitución.

El otro socio que tiene una posición diferente a la del PSOE y el PAR es Podemos, cuya portavoz, Marta de Santos, lamentó la posición «de naftalina» de algunos partidos respecto a su política hidrológica, basada «en el hormigón». Lamentó que consideren que el pacto es inamovible: «No podemos volver a los debates de 1992», indicó, con inversiones en «pantanos sin agua». Por contra, hay que defender políticas de «agua limpia y bien gestionada para cubrir las necesidades reales, no las promesas históricas que no se pueden cumplir». A su juicio, hay que destinar recursos «pensando en 2050 y no en 1960».

Por parte del PAR, Jesús Guerrero insistió en su defensa del Estatuto y su reserva hídrica, y defendió que el agua «es el motor de Aragón» y el «futuro para quedarse en esta tierra, para fijar población, crear empleo estable y bienestar social», también para impulsar la agroindustria, animando a «aprovechar cualquier oportunidad alrededor del agua». Guerrero lamentó que la ministra no fuera más concreta e insistió en que se deben ejecutar las obras con más celeridad.

Ramiro Domínguez, de Ciudadanos, señaló que «los compromisos son para respetarse», y emplazó a la ministra a que haga de mediadora entre los distinos partidos del Gobierno aragonés, «ya que tienen posturas antagónicas y no hay ni consenso ni unidad». «El Pacto del Agua está vigente para Cs, pero hay 30 actuaciones que no se van a cumplir», sentenció, al tiempo que lamentó que los presupuestos contemplen una mínima inversión en regadíos, que son «el futuro de Aragón».

Santiago Morón, de Vox, defendió la postura de su partido, que aboga por la interconexión de todas las cuencas hidrográficas. A su juicio, garantiza los recursos y es solidario. Criticó «el fundamentalismo de las políticas medioambientales de la izquierda» y que este se imponga en la planificación hidrológica. Lamentó también que la ministra no hubiera mandado documentación previa al encuentro para trabajar sobre ella.