Los seres humanos somos pura química. Absolutamente todo lo que sucede en nuestro cuerpo, desde estar eufóricos hasta correr, pasando por los latidos del corazón, la percepción sensorial, el habla o la experimentación de dolor físico y emocional, está mediado a través de moléculas que circulan por nuestro organismo.

Estas moléculas capaces de regular y controlar nuestra fisiología son básicamente las hormonas y los neurotransmisores. Las hormonas son sustancias químicas que fluyen por el sistema circulatorio después de ser sintetizadas y que controlan el funcionamiento de distintos órganos y tejidos.

Los neurotransmisores, por su parte, son moléculas producidas por las neuronas y que permiten la transmisión de información a lo largo y ancho del sistema nervioso, el cual se encarga de hacer llegar mensajes a todo el organismo.

La dopamina es una molécula especial en el sentido que actúa tanto de neurotransmisor como de hormona. En el artículo de hoy repasaremos las características y funciones de esta molécula sintetizada por nuestro propio cuerpo que, además de permitir una correcta funcionalidad del aparato locomotor, se conoce como "hormona de la felicidad".

EL PERIÓDICO

Objetivo felicidad

Entendemos por el término felicidad el estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno. Es un estado del alma, pero se realiza en el cuerpo y podemos favorecerla aumentando la producción de ciertas hormonas mediante hábitos saludables. Nuestra capacidad de sentir, actuar y pensar depende del funcionamiento de nuestro cerebro en interacción con determinadas hormonas. Nuestra felicidad puede ser explicada desde un punto de vista biológico, ya que esta vinculada a un conjunto de hormonas que comunican a nuestras neuronas entre sí, enlazan nuestras emociones con nuestros pensamientos y trasmiten las acciones que ordena nuestro cerebro.

La dopamina ayuda a las neuronas a comunicarse entre sí, está relacionada con la sensación del placer y del bienestar; la dopamina se considera el neurotransmisor de la motivación y nos induce a trabajar con intensidad para conseguir nuestros objetivos, por eso cuando hay un déficit de dopamina nos sentimos desmotivados. También esta relacionada con la memoria, sueño, atención y aprendizaje.

Cuando la persona sufre de estrés crónico, se alimenta con comida ultra procesada, obesidad, puede haber un déficit de dopamina; estos déficits prolongados en el tiempo se asocian con riesgo de sufrir enfermedad de párkinson, fobia social, trastorno por déficit de atención (TDA) e hiperactividad y depresión.

Tirosina y fenilalanina

Estos dos aminoácidos son necesarios para producir la dopamina, además la vitamina B6 el ácido fólico y el cobre son también necesarios para convertir la tirosina en dopamina. Son ricos en tirosina alimentos como manzana, sandia, plátano, verduras, pepinos, aguacates, la remolacha, los frutos secos, las legumbres, cúrcuma, el chocolate negro la avena, las semillas de sésamo, cáñamo y calabaza, los huevos y los lácteos. La Fenilalanina la encontramos en la dieta vegetariana, está presente en los huevos, legumbres, cacahuetes, almendras, espárragos, acelgas , boniatos, maíz y levadura de cerveza entre otros.

Reducir el consumo de azúcar

Si reducimos el consumo de alimentos azucarados y alcohol aumenta la producción de dopamina.

Su cara oculta

No todo son alegrías. La dopamina también está relacionada con muchas enfermedades psiquiátricas y neurológicas. Cuando tenemos un exceso de dopamina pueden aparecer trastornos como la esquizofrenia o el trastorno bipolar. En caso de que la cantidad de dopamina disminuya, aparecen el trastorno depresivo mayor, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, la enfermedad de Huntington y la neurodegeneración asociada al VIH-1.

Adicciones y motivación

La dopamina es la culpable de nuestras adicciones, de las malas y de las menos malas. Entre las malas, las drogas aumentan la cantidad de dopamina en el sistema de recompensa del cerebro, lo que produce un estado de placer que refuerza que sigamos consumiéndolas. Algo parecido pasa con las menos malas, como el dulce o la comida basura.

Además, cada persona no responde de la misma manera ante estas adicciones. La razón es que no todos sentimos el mismo placer al comer una tarta, por ejemplo. Un estudio científico asegura que es debido al número de receptores a los cuales se une la dopamina.

De esta manera las personas con tendencia a la obesidad tendrían menos de estos receptores y por tanto necesitarían comer más para notar la misma satisfacción que produce el acto de comer. Son, por tanto, "más adictos" a la comida. Y esta es otra característica de la dopamina: su liberación nos puede convertir en adictos ya que nos impulsa a una búsqueda continua del placer.

¿Cómo aumentar el bienestar?


  • Más exposición al sol

- Exponernos a la luz solar durante las primeras horas de la mañana ayuda a la producción en la piel de vitamina D, que estimula indirectamente la producción de serotonina.

  • Reír más

La mejor medicina, la risa alivia la ansiedad y fomenta la producción de dopamina, endorfina y oxitocina. Ver una obra teatral, una comedia, un espectáculo de humor o simplemente hacernos cosquillas puede ser la mejor terapia frente al estrés.

  • Abrazar a un ser querido

Algo tan simple como un abrazo y un beso hace que el cuerpo produzca oxitocina, endorfinas y dopamina.

  • Practicar meditación

Realizar esta técnica durante 30 minutos reduce el estrés, disminuyendo el cortisol y la remplaza por endorfinas. Meditar nos relaja y nos da paz y bien estar.

  • Descansar

Dormir aproximadamente de 7 a 8 horas nocturnas sin luz artificial, para producir melatonina.

Es importante elegir bien un buen colchón y almohada, así como controlar la temperatura, la humedad y los olores que pueden alterar nuestro sueño.

  • Los olores

Aunque parezca mentira nuestro olfato juega un importante posicionamiento en nuestro bien estar. Tanto es así que empresas dedicadas al descanso asocian un papel importante en los aromas en velas difusores y barras aromáticas que ayudan a nuestro cerebro a desconectar del día a día. La aromaterapia es una disciplina que utiliza aceites esenciales extraídos de determinadas especies vegetales para mejorar la salud y el bienestar físico mental de las personas. Los antiguos egipcios empezaron a utilizarla esta terapia confín terapéuticos y para embalsamar. Médicos como Galeno o Hipócrates en Grecia también utilizaban las hierbas aromáticas para tratar a sus pacientes. Los aceites esenciales pueden aplicarse de varias maneras, por inhalación, masajes, baños aromáticos, cataplasmas. 

  •  Escuchar música

Aumenta niveles de oxitocina. Crear e interpretar música, bailas, cantar o tocar un instrumento conduce a la liberación de endorfinas.

  • Disfrutar con la comida

Este consejo vale para instimular la producción de todas las hormonas de la felicidad. El placer obtenido al comer genera la producción de dopamina y endorfinas y si se comparte mesa con alguien querido aumenta también la oxitocina.

  • El chocolate negro

Cuanta más pureza, mejor. Debe contener más de un 70% de cacao para poder obtener niveles altos de oxitocina, es una gran fuente de antioxidantes, protector cardiaco. También regula el colesterol, eleva el ánimo, y mejora el funcionamiento del cerebro, ya que contiene teobromina del cacao que aumenta el flujo de la sangre hacia el cerebro y dilata los vasos sanguíneos, mejorando la actividad mental. Algunas de las últimas investigaciones realizadas destacan los beneficios del chocolate para prevenir el Alzheimer.

  • Las relaciones sexuales

Liberan endorfinas, dopamina, serotonina y oxitocina; genera la buena salud y el buen ánimo. 

  • Suplementos felices

Ayudan a aumentar las hormonas de la felicidad:

  1. Tirosina (vinculada a la producción de dopamina) y triptófano (serotonina).
  2. Melatonina
  3. Té verde y sus extractos (dopamina y serotonina).
  4. Probióticos (serotonina y dopamina).