Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) comprenden diversas patologías. Las más conocidas son la bulimia y la anorexia. Pero los especialistas en psiquiatría han definido otro más: el trastorno por atracón.

Esta enfermedad mental se caracteriza por episodios regulares en los que las personas afectadas ingieren grandes cantidades de comida y experimentan una pérdida total del control de su comportamiento alimentario. 

No es un asunto menor, ya que se estima que la prevalencia mundial de este trastorno entre los años 2018-2020 es de 0,6 a 1,8 % en mujeres adultas y de 0,3 a 0,7 % en hombres adultos. 

Ahora un artículo de la revista Nature Reviews Disease Primers recoge las últimas evidencias científicas en torno al trastorno por hartazgo, y pone el foco en la epidemiología, las estrategias de prevención, el manejo y la calidad de vida de las personas afectadas. 

El doctor Fernando Fernández-Aranda, jefe de grupo del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y CIBEROBN, coordinador de la Unidad de Trastornos Alimentarios del Hospital Universitario de Bellvitge, y catedrático de la Universidad de Barcelona, es uno de los coautores de esta revisión.

Comer sin ganas, muy deprisa o a escondidas.

¿En qué consiste el trastorno por atracón?

El trastorno por atracón acaba de ser incorporado en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, el manual de referencia en el ámbito psiquiátrico. En este documento se describen cuáles son los signos más característicos de esta enfermedad: 

• Comer más rápidamente de lo normal.

• Acabar con una sensación incómoda de hartazgo.

• Comer a pesar de no tener hambre.

• Comer a escondidas de los demás. 

• Tener sentimientos negativos por la gran ingesta alimentaria.

Este manual establece que se deben cumplir al menos tres de estas características para concluir que la crisis de ingesta que está experimentando un paciente es un trastorno por atracón.

No se debe confundir con la la bulimia.

No confundirlo con la bulimia 

Uno de los trastornos de conducta más conocidos es la bulimia, que tiene algunas similitudes con el trastorno del atracón. En ambos casos el paciente ingiere grandes cantidades de comida. 

Pero, al contrario de la bulimia nerviosa, las personas afectadas por trastorno por atracón no compensan las grandes ingestas de comida con métodos purgativos, como el vómito. 

Además, en este trastorno los pacientes no presentan alteraciones sobre la percepción de la imagen del propio cuerpo. 

De hecho, algunos estudios postulan que este trastorno alimenticio presenta más similitudes con las conductas adictivas. Por ello, los científicos están explorando la validez de la teoría de la adicción a la comida, al menos en algunos casos.

Causas del trastorno por atracón

Comparado con otras enfermedades mentales, el origen del trastorno por atracón es complejo y multifactorial. En él están implicadas tanto causas biológicas como sociales. Y todas ellas contribuyen a desregular el comportamiento alimentario. 

Por ejemplo, los estudios neurológicos realizados muestran que las personas afectadas por el trastorno del atracón presentan afectaciones de los circuitos neuronales asociados a la recompensa, a la inhibición o al control de las emociones, similar a las conductas adictivas.

Hasta ahora, la psicoterapia basada en el modelo cognitivo-conductual es el tratamiento más recomendable para las personas con trastorno por atracón en primera instancia.

Pero el doctor Fernández-Aranda apunta a que "debemos seguir trabajando para entender los mecanismos implicados en el trastorno por atracón y así mejorar la prevención y tratamiento de esta enfermedad". 

Además, añade que "estos esfuerzos deberían incluir también el cribado, la identificación y la implementación de intervenciones basadas en la evidencia científica en la práctica clínica".

Trastorno por atracón y obesidad.

Obesidad y trastorno por hartazgo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado la obesidad como uno de los principales problemas de salud global. Esto aumenta la importancia clínica de este trastorno alimenticio, que en muchas ocasiones se encuentra asociado a la obesidad.

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Sin embargo, y en línea con la relación del trastorno por hartazgo y la adicción, el doctor Fernández-Aranda apunta a que "debemos tener presente que, a pesar de la fuerte asociación, la pérdida de peso como tratamiento del trastorno por hartazgo resulta controvertida, como mínimo en una primera fase".

"Sin embargo, se recomienda priorizar terapias basadas en el comportamiento, así como en los aspectos cognitivos y emocionales asociados, con el objetivo principal de reducir o eliminar los episodios de hartazgo".