La primavera se presenta como una época ideal para que las personas mayores disfruten al aire libre y realicen más actividades en el exterior. Sin embargo, a pesar de las suaves temperaturas y el aumento de horas de luz y sol, esta estación puede empeorar la salud de este colectivo. 

Los cambios bruscos de temperatura que se producen entre el día y la noche, o el exceso de polen, son situaciones propicias para que las personas mayores cojan gripes o catarros comunes.

Y, sobre todo, es la época de las alergias, que se agudizan en esta época del año.

Como explica David Curto, director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores:

  • "El envejecimiento altera el sistema de termorregulación corporal, lo que afecta a cómo se percibe la temperatura ambiente y hace más difícil la adaptación al frío".  
  • "Esto hace que los mayores sean un colectivo especialmente vulnerable a los cambios térmicos algo que, junto a su mayor sensibilidad dérmica y un sistema inmunológico más debilitado, puede generar empeoramientos en la salud".

Los cambios bruscos de temperatura y las alergias propios de la primavera afectan a la salud de los mayores.

Como protegerles de los cambios primaverales

Ante esta situación, los expertos de Sanitas han elaborado un listado de consejos para proteger a los mayores ante las enfermedades estacionales propias de la primavera:

  • Evitar los cambios bruscos de temperatura. Desde el mes de abril estamos sufriendo un tiempo muy cambiante. Pues bien, con la edad el cuerpo está menos capacitado para asimilar descensos o ascensos bruscos en la temperatura. Por eso, utilizar ropa adecuada al salir a la calle y llevar siempre una prenda de abrigo, especialmente cuando cae el sol, es esencial para evitar resfriados.
  • Evitar parques y jardines y las horas de mayor concentración de polen. Aunque las zonas verdes son los lugares preferibles para pasear, ya que son entornos agradables, en esta época del año es preferible evitarlos. Es en estos lugares donde se concentran las mayores cantidades de polen. 

Además, los especialistas en alergias aconsejan no salir a la calle a primera o a última hora del día, porque es en esas franjas en las que hay una mayor concentración de polen.

  • Proteger ojos, nariz y boca. Si ya existe una alergia diagnosticada, es importante reducir la ventilación del hogar al máximo y optar por deshumidificadores. A la hora de salir a la calle, lo más recomendable es cubrir la nariz y la boca con una mascarilla. 

También es importante proteger los ojos con unas gafas de sol con el fin de evitar al máximo el contacto con el polen del ambiente.

  • Alimentación para fortalecer el sistema inmunitario. La alimentación juega un papel fundamental para prevenir o contrarrestar los efectos de la primavera.

En primavera es importante consumir alimentos que refuercen el sistema inmunitario, como señala Eva Mª Bautista nutricionista de BluaU de Sanitas:

  • "Ricos en vitamina D como los lácteos
  • Que garantizan la absorción del calcio;
  • Con vitamina C, como los cítricos.
  • El pimiento o el tomate, que contribuyen a reforzar sistema inmunitario.
  • Con vitamina A, como el huevo o el salmón, que refuerzan las mucosas, barrera natural contra las infecciones".

Además, añade la experta:

Te puede interesar:

  • Se deben "incluir fermentos como el yogur o kéfir natural que ayudan a mejorar la microbiota intestinal;
  • Alimentos ricos en vitamina E como el aceite de oliva virgen extra ya que aumenta la respuesta inmunológica;
  • Zinc y selenio presentes en cereales integrales y frutos secos".
  • Nunca olvidar el agua. Las personas más mayores deben beber al menos 2 litros diarios para evitar la deshidratación. Porque no debemos olvidar que a medida que se envejece la sensación de sed disminuye.
  • Hacer ejercicio. El ejercicio físico es clave para mantener el buen funcionamiento del organismo y la salud física. Mejora la capacidad pulmonar, la circulación sanguínea y refuerza la masa ósea y muscular, fundamental en las personas mayores.

Además de seguir estos consejos, es importante que las personas mayores acudan al médico de forma regular, especialmente en casos de alergias severas para mantener un control y seguimiento sobre esta afección y, en su caso, tratar si es necesario los posibles efectos.