Los trastornos funcionales digestivos son muy frecuentes en los grupos de edad de entre 30 y 50 años, sobre todo en las mujeres.

Tanto es así, que la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) estima que la prevalencia de estas patologías ronda entre un 25 a un 45% de la población. 

Como explica el doctor José Manuel Cucalón, miembro de SEMG Aragón.

  • "Los problemas digestivos son de alta prevalencia dentro de las consultas médicas que atendemos a diario desde nuestros centros y consultorios. El tubo digestivo puede ser asiento de múltiples patologías, tanto de origen orgánico como funcional, que deben ser valoradas por los médicos de familia para establecer las medidas correctoras o preventivas más adecuadas a cada situación". 

Y entre la variedad de estos trastornos digestivos destaca, por ser de los más frecuentes, la dispepsia funcional, o lo que conocemos más comúnmente como 'mala digestión'.

El doctor Cucalón explica que este trastorno tiene una prevalencia en las consultas de Atención Primaria de un 8-10%. 

Este trastorno digestivo es uno de los más frecuentes en las consultas de atención primaria.

Síntomas de la dispepsia

Tal y como la define la Societat Catalana de Digestología, la dispepsia es "cualquier dolor o molestia en la zona alta del abdomen". Esta definición ya nos indica que sus síntomas "son vagos, inespecíficos o subjetivos, lo que dificulta su definición clínica, explica el doctor Cucalón.

Las principales molestias que provoca este trastorno las conocemos muy bien porque probablemente todos las hayamos sufrido en algún momento, y son: 

  • Hinchazón abdominal.
  • Flatulencia.
  • Eructación.
  • Saciedad precoz.
  • Plenitud gástrica.
  • Náuseas o vómitos. 
  • Acidez o sensación de quemazón en el estómago. 

¿Me debo preocupar si tengo dispepsia?

Hasta el momento, las causas de dispepsia funcional son desconocidas y probablemente sean muy variadas. 

Hay determinados factores que pueden ocasionar dispepsias no funcionales como son: 

  • Consumo de fármacos. 
  • La existencia de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).
  • Infección por Helicobacter Pylori. 
  • Otras patologías orgánicas como tumores, linfomas, etc. 

Una vez que descartada cualquiera de estas causas, ya podemos decir que se trata de una dispepsia funcional y buscar el tratamiento. 

No existe un tratamiento totalmente efectivo para dispepsia funcional.

Recomendaciones para mejorar la dispepsia funcional

Aunque no reviste gravedad, la dispepsia funcional es molesta. Y lo peor es que no existe un tratamiento totalmente efectivo. 

Por ello, la Societat Catalana de Digestología ofrece algunas recomendaciones con el objetivo de mejorar la dispepsia funcional, que también van a mejorar nuestra salud general.

Entre ellas los especialistas destacan: 

  • Cuidar el peso. "Mantener un peso normal disminuye de manera marcada los síntomas de reflujo y a veces la dispepsia".
  • Evitar las comidas muy abundantes.
  • Hay que intentar no comer muy tarde y tampoco meterse en la cama nada más comer. 
  • Si vamos a tomar antiinflamatorios para cualquier dolencia, es mejor que consultemos antes con el médico. Este tipo de fármacos puede producir síntomas.
  • Nada de alcohol ni tabaco. "Son dos de las causas más importantes de síntomas de reflujo o dispepsia", explican los especialistas de la Societat Catalana de Digestología.

Cuando a pesar de seguir estas recomendaciones las molestias son recurrentes, se puede optar por la toma de algún medicamento, previa prescripción del médico. 

Los fármacos más efectivos "son los que disminuyen la producción de ácido del estómago, en especial los de la familia del omeprazol y los que ayudan al vaciamiento del estómago que se denominan procinéticos", explican los expertos en digestivo. 

¿Cuándo debo acudir a urgencias?

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Como ya hemos visto no es un trastorno grave. Pero hay una serie de señales que en caso de que aparezcan deben llevarnos a la consulta de un especialista. Entre estas señales, los especialistas señalan: 

  • Indigestión que no había tenido nunca antes si usted tiene más de 55 años.
  • Vómitos persistentes inexplicables.
  • Vómito de sangre o heces negras.
  • Pérdida de peso involuntaria sin hacer dieta.
  • Dificultades o dolor al tragar.
  • Dolor en la boca del estómago que le aparece cuando hace un esfuerzo.