La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) ha publicado, a través del Grupo de Trabajo de Diabetes, Obesidad y Nutrición, un protocolo pionero para abordar la obesidad en las personas mayores de 65 años.

Esta guía, a diferencia de las existentes que no están enfocadas al manejo de forma integral de la obesidad en el paciente mayor, sí se tiene en cuenta aspectos como su fragilidad o su nivel cognitivo.

Así, se consigue implementar un tratamiento personalizado, y de ahí la importancia de este nuevo documento, que es "el primero de similares características".

Y es que las cifras son más que preocupantes:

  • Uno de cada cuatro pacientes que acude a consulta en Medicina Interna presenta obesidad.
  • Ahí no queda la cosa: Más del 40% de personas mayores de 65 años tienen obesidad
  • Y si hablamos de obesidad abdominal, la cifra es superior al 70%.

Si nos vamos a los datos generales, según el último informe de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), más de la mitad de los españoles sufre sobrepeso u obesidad.

Una realidad alarmante que se refleja en las siguientes cifras:

  • Un 36,6% de los españoles padece sobrepeso.
  • El 17,2% de los encuestados sufre obesidad.

Y esto, sin duda, tiene repercusiones a corto, medio y largo plazo en nuestra salud. Sobre todo en la población mayor de 65 años que, habitualmente, suele presentar multimorbilidad, es decir, dos o más enfermedades al mismo tiempo.

Por ello, el doctor Ricardo Gómez Huelgas, médico internista de SEMI, explica que:

  • "La obesidad es un problema sanitario de primer orden en todos los países occidentales, y la lucha contra la obesidad es una prioridad en todo nuestro sistema sanitario". 

Se debe asegurar una correcta valoración y guiar el tratamiento integral de la forma más adecuada en este perfil de paciente

Juana Carretero - Internista y vicepresidenta primera de SEMI

El especialista recalca que "existen muchas guías y recomendaciones de práctica clínica sobre obesidad, pero ninguna está enfocada al manejo de la obesidad en el paciente de edad avanzada, por lo que este nuevo protocolo es fundamental".

Pero, ¿por qué el diagnóstico y el abordaje de esta enfermedad debe ser diferente en este grupo de población? La internista y vicepresidenta primera de SEMI, Juana Carretero, lo explica:

  • "En las personas mayores debemos valorar también su estado cognitivo y funcional. Y para ello, con test y escalas como las de fragilidad, sarcopenia y de deterioro cognitivo, podemos saber si la persona tiene un estado basal conservado o reducido para, en función de ello, asegurar una correcta valoración y guiar el tratamiento integral de la forma más adecuada en este perfil de paciente".

Un 53% de la población sufre obesidad o sobrepeso. IMEO

“Si el estado funcional del paciente es sano y robusto, abordaremos esa parte de la enfermedad de una forma diferente a si tiene un estado de salud frágil. Y en este caso la obesidad no se debe tratar de una manera agresiva, con medidas para evitar la pérdida de la masa muscular y la desnutrición”, explica la doctora a ‘Guías de Salud’.

¿Cómo funciona este protocolo?

A través de preguntas sencillas se establece un perfil de paciente (en función de su grado de fragilidad, sarcopenia y situación cognitiva) para ofrecer un plan de tratamiento individualizado.

  • Reducido (intensifica intervenciones no farmacológicas y preserva calidad de vida evitando dietas restrictivas).
  • Conservado (con intervención farmacológica, además de pautas de estilo de vida y otras recomendaciones).
Protocolo de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) para tratar la obesidad en mayores de 65 años

Protocolo de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) para tratar la obesidad en mayores de 65 años SEMI

Así lo ejemplifica el doctor Pablo Pérez:

  • En un paciente con Índice de Masa Muscular (IMC) entre 30 y 34,9 estaría indicado intensificar el estilo de vida saludable.
  • En aquellos pacientes con IMC entre 35 y 39,9 es importante valorar también si presenta otras comorbilidades y el  impacto que estas tienen sobre la limitación del paciente, así como la posible prescripción de medicación.
  • En el peor de los escenarios, con un IMC mayor de 40, se recomienda intensificación del estilo de vida saludable, tratamiento farmacológico y en algún grupo de paciente específico incluso se puede valorar la cirugía bariátrica.

Las claves para reducir la obesidad...

Como nos explica la doctora Carretero, en el tratamiento contra la obesidad se prioriza una dieta adecuada, equilibrada, "basada en la dieta mediterránea, declarada en el año 2010 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad".

Una alimentación basada en:

  • Legumbres.
  • Frutas y verduras todos los días.
  • Cereales integrales.
  • Lácteos.
  • Pescado blanco y azul.
  • Evitar el consumo de carne roja y de bebidas alcohólicas.

“Hay que mantener una adecuada ingesta calórica para evitar la ganancia de peso y la pérdida de masa muscular. Para ello se recomiendan de 22 a 25 kilocalorías por kilo y día. Y se contrarresta un correcto aporte de proteína 1,2-1,5 gramos de proteína por cada kilogramo de nuestro peso corporal”, indica a este portal.

La obesidad produce 1,2 millones de muertes anualmente en Europa

Y como último consejo, “mantener un adecuado nivel de vitamina D, que ayuda al estado funcional de las personas de 65 años, tomando mucho el sol y con la ingesta de calcio”.

Evitar enfermedades

La obesidad es una enfermedad metabólica crónica que además está implicada en el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles:

La vicepresidenta de la Sociedad Española de Medicina Interna subraya uno de los datos que más preocupa a los profesionales. Y es que uno de cada cuatro pacientes que acude a consulta padece obesidad, especialmente en forma de obesidad abdominal. Esto significa que “tiene un perímetro de la cintura por encima de los límites considerados normales”.

La obesidad es responsable de más de un millón de fallecimientos en Europa Freepik

Este tipo de pacientes son “de alto riesgo y con mayor probabilidad de desarrollar comorbilidades como la insuficiencia cardíaca, la enfermedad renal crónica, las enfermedades cardiovasculares o el cáncer”.

Además, la obesidad “aumenta la morbimortalidad de los pacientes con fibrilación auricular, con enfermedades cardiovasculares, con enfermedades pulmonares o renales”.

Los números son alarmantes. En Europa, la obesidad produce 1,2 millones de muertes anualmente.

Y también aumenta la posibilidad de desarrollar incapacidad funcional que, en última instancia, “empeora la calidad de vida de nuestros pacientes”.