Los padres saben perfectamente ese momento en que el niño mientras llora deja de respirar momentáneamente. Es lo que se conoce popularmente como “privarse” y que en términos clínicos se denomina espasmos del sollozo.

Nada grave en cualquier caso, pero la angustia y el susto que genera en padres y madres es importante.

Estos episodios suelen ocurrir en niños sanos menores de 5 años, sobre todo entre los 2 y los 3 años. Ocurren a causa de un susto, por una caída o por un enfado del niño.

Como explican desde la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP):

  • "El niño deja de respirar bruscamente y comienza a ponerse morado o pálido. Finalmente, suele llorar".

El espasmo suele durar no más de un minuto, eso sí, como advierten desde la SEUP:

  • "Algunos niños pueden perder el conocimiento unos segundos durante el espasmo e, incluso, tener 2 o 3 sacudidas de brazos o piernas sin que ello empeore el pronóstico".

Cualquiera que asista a uno de estos episodios puede comprobar lo angustioso de la situación, pero los pediatras insisten en que:

  • "Es un cuadro benigno que no produce daños ni a corto ni a largo plazo".

No se sabe por qué se produce, aunque los pediatras indican que tienen más probabilidades de padecerlo aquellos niños cuyos padres o hermanos hayan tenido episodios similares. 

Los pediatras insisten en que es un cuadro benigno que no produce daños ni a corto ni a largo plazo.

¿Cómo actuar ante un espasmo del sollozo?

Pues ante todo hay que mantener la calma. Este tipo de episodios tan angustiosos para los progenitores “suelen ceder espontáneamente en pocos segundos, sin necesidad de hacer nada”, explican los especialistas en urgencias pediátricas.

Y mantener la calma implica varias cuestiones: 

  • Lo primero es evitar zarandearle o agitarle para que deje de privarse porque “esto no hará que el espasmo termine más rápidamente”, explican desde la SEUP. 
  • Tampoco es necesario realizar ninguna maniobra de reanimación como el boca-boca. 
  • Además, cuanta menos importancia se de a estos episodios mejor, porque, aunque son pequeños pueden utilizar estos espasmos para llamar la atención o a modo de chantaje emocional. 
  • Por último, recordar que son hechos sin ninguna importancia, así que hay que seguir corrigiendo y reprendiendo al niño sin miedo a que se repitan. 

Ante estas crisis hay que actuar con mucha calma. FREEPIK

¿Cuándo debo preocuparme y acudir a un pediatra?

Aunque los pediatras insisten en que el espasmo del sollozo es completamente benigno, es importante conocer algunos síntomas de alarma que pueden corresponder a otros problemas del niño que sí deberían hacernos llevarle un especialista. 

Los expertos de la SEUP enumeran algunas señales de alarma que nos indican que no estamos ante un espasmo del sollozo: 

  • Cuando este tipo de episodios se dan en niños menores de 6 meses. 
  • Si el niño tarda en recuperarse más de 5 minutos.
  • Si tras ceder el espasmo el niño no recupera la normalidad completamente.
  • Si el espasmo del sollozo no ha sido provocado por un golpe, un susto o una reprimenda. 

Ante estas situaciones, lo mejor es consultarlo con el pediatra para encontrar la causa de este tipo de episodios. 

En cualquier caso, si un niño sufre espasmos del sollozo los pediatras insisten que hay que armarse de paciencia y mantener la calma. Igual que aparecen desaparecerán.