NEUMOLOGÍA

Tuberculosis: una infección que sigue siendo mortal, pero hoy se puede prevenir y curar

Con el coronavirus la notificación de casos ha bajado, por no porque haya menos contagios sino porque se ha diagnosticado menos

A la lista de los innumerables problemas que ha ocasionado la pandemia se suma uno más: La tuberculosis.

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) advierte que los esfuerzos centrados en atender a los pacientes con coronavirus durante la pandemia, se ha traducido en una caída del 23,9% en la notificación de casos de tuberculosis en España.

Y los especialistas en neumología advierten que el problema no es sólo que se hayan notificado menos casos, sino que eso ha traído consigo que se ha diagnosticado a muchos menos pacientes.

Y la consecuencia ha sido un aumento de la mortalidad a causa de la tuberculosis.

La atención primaria, las urgencias, los centros sanitarios se han visto obligados durante estos dos años a centrarse en la Covid-19 casi en exclusiva, olvidando algunas enfermedades. 

La tuberculosis no ha sido una excepción.

Como explica el doctor Juan F. Medina, neumólogo y director del Programa de Investigación en Tuberculosis de la SEPAR.

"Hemos visto que la notificación de casos ha bajado. Pero lo más probable es que esto no haya sucedido porque realmente tengamos menos casos de tuberculosis, sino porque se han diagnosticado menos".

La tuberculosis, en cifras

La tuberculosis continúa siendo una de las enfermedades infecciosas más mortales.

En el mundo fallecen diariamente por esta causa más de 4.000 personas, y cerca de 30.000 enferman por esta infección respiratoria. 

Unos datos que alarman a los especialistas, sobre todo porque la tuberculosis es una enfermedad prevenible y curable. 

En el conjunto de España, la notificación de casos ha caído un 23, 9% en 2021, respecto a los dos últimos años.

Así, en 2021 se notificaron 3.400 casos de tuberculosis, un 7,6% menos que en 2020. Y, en 2020, se notificaron 3.681 casos, un 16,3% menos que en 2019.

Pero este descenso en las notificaciones no se corresponde a un descenso de los contagios. Como muestra el hecho de que los neumólogos han observado un repunte de la mortalidad por tuberculosis. 

Mientras que en 2018 la mortalidad fue del 0,90%, tras evaluar los resultados del tratamiento de 464 casos, en 2020 fue el 1,30% de 149 casos evaluados. 

En cuanto a la proporción, la cantidad de casos autóctonos ha sido superior a la de pacientes importados del extranjero, aunque se ha ido igualando en los dos años de pandemia. 

Síntomas de la tuberculosis

La tuberculosis es una infección respiratoria causada por el Mycobacterium tuberculosis.

Su contagio se produce a través del aire cuando una persona ya infectada tose, estornuda o escupe, de modo que libera las bacterias que causan la enfermedad en el aire. 

Esta enfermedad se puede contraer cuando se está expuesto de forma prolongada a una persona con tuberculosis que no recibe tratamiento. 

Y quienes viven en condiciones de hacinamiento en un espacio cerrado y en peores condiciones socioeconómicas, por ejemplo, en domicilios con mala ventilación, tienen más riesgo de contraerla.

Pero, además, los neumólogos recuerdan que la tuberculosis puede ser asintomática, con lo que el paciente ni sabe que la tiene ni es consciente de estar contagiándola. 

Los síntomas más habituales son la tos y la expectoración.

Cuando la tos tiene una duración de más de tres semanas, debe llevar a sospechar de esta enfermedad. 

Además, puede provocar pérdida de peso, sudoración vespertina y, en ocasiones, expectoración con sangre, que es el síntoma más alarmante y el que suele llevar más rápidamente al diagnóstico. 

La tuberculosis en pandemia

"La tuberculosis nos preocupa porque puede dar síntomas subagudos o menos expresivos, y parte de estos síntomas son comunes a los de la COVID-19.

Por eso es importante que el médico vuelva a pensar en ella a la hora de hacer el diagnóstico de cualquier paciente con esos síntomas.

Y es que, como advierte el doctor Medina: "La tuberculosis no se ha ido. Sigue aquí, entre nosotros".

La pandemia de Covid-19 ha influido en la transmisión de la tuberculosis de varias formas.

  • El uso generalizado de las mascarillas ha actuado como barrera para frenar los contagios de tuberculosis. 
  • El periodo de confinamiento ha dificultado la propagación de esta infección de un núcleo familiar a otro. 

Pero, en la otra cara de la moneda, las personas confinadas, en situación de hacinamiento, han estado más expuestas al Mycobacterium tuberculosis.

Un hecho que ha provocado la aparición de casos de tuberculosis infantil. Porque al estar los niños en mayor contacto con los adultos, en el domicilio, se han incrementado las posibilidades de que los menores se contagien.

"La situación actual en Ucrania tampoco va a ayudar y va a generar una dificultad añadida para el tratamiento y manejo de la tuberculosis. Porque las migraciones constituyen un problema grande para poder controlar a todos los pacientes, tratarlos y seguirlos. Para nuestra sociedad va a ser un reto", añade el neumólogo. 

Desabastecimiento de fármacos, investigación y futuro

Al reto sanitario que supone la tuberculosis se suma un problema más: el desabastecimiento a nivel mundial de fármacos antituberculosos, como la rifampicina y la pirazinamida. 

Estos fármacos se administran dentro de combinaciones para tratar la tuberculosis, lo que está dificultando el tratamiento de esta enfermedad y aumenta el riesgo de aparición de resistencias.

Actualmente, la investigación en el ámbito de esta enfermedad se centra tanto en conseguir una vacuna, entre las que se encuentra en una fase bastante avanzada la del investigador Carlos Martín, de la Universidad de Zaragoza, y en la obtención de tratamientos más cortos respecto a los actuales, de seis meses de duración. 

"Se está trabajando en acortar los tratamientos de los seis meses a los cuatro meses y en poder administrar medicaciones semanales en vez de diarias. Hay varios proyectos en marcha, pero aún en investigación", informa el doctor Medina.

Ante la situación actual, las prioridades en los próximos años van a ser "volver a diagnosticar la tuberculosis y, para ello volver a preguntar por sus síntomas a los pacientes y pensar en ella; disponer de fármacos para tratarla; y también de tratamientos para la tuberculosis infecciosa latente, así como revisar el estudio de contacto para evitar nuevos casos", concluye el experto.