La SD Huesca, ya con los deberes hechos, vivió un último día de mercado relajado en el que no se produjo ningún movimiento de última hora de entrada ni de salida, aunque hasta el último suspiro estuvo presente la posibilidad de la salida de Nwakali con destino Burgos tras no haberse reincorporado aún, sin motivo, a la disciplina azulgrana tras la Copa África, aunque finalmente el nigeriano acabará el curso con los oscenses. Tampoco salieron Gaich o Lombardo ni llegó ningún delantero como se especulaba. La entidad azulgrana cierra el mercado con cinco incorporaciones. Lago Junior, Pablo Martínez y Poveda han llegado a la capital oscense como cedidos y Timor y Gerard Valentín lo hacen en propiedad.

A la entidad azulgrana no le ha quedado más remedio que asumir su error en la planificación de la plantilla que se hizo en verano, ya que prácticamente ninguno de los fichajes se ha hecho con un puesto fijo en el once titular salvo el ahora cuestionado Marc Mateu. Tanto es así que dos de ellos ya han abandonado el club. Isidro Pitta, que llegó prometiendo 20 goles, cerró su marcha en forma de cesión al Juventude brasileño tras no haber cumplido las expectativas y mucho menos los números. Buffarini también ha salido a préstamo al Cartagena.

No obstante, con los cinco refuerzos que han llegado, el Huesca considera que el equipo da un salto de calidad que le puede ayudar a soñar con las cada vez más lejanas posiciones de promoción. Dos de los recién llegados, como Timor y Pablo Martínez, parecen ya fijos en el esquema de Xisco y han dejado buenas impresiones en sus primeros minutos de azulgranas. En la delantera, Lago Junior y Poveda son dos jugadores contrastados que están llamados a ser importantes en la recta final de la temporada. Por su parte, Gerard Valentín, que aún no ha debutado, es un lateral diferencial en la categoría de plata.