El asesinato a puñaladas de un taxista metropolitano en Sabadell (Barcelona) sublevó ayer a los profesionales que se manifestaron en Barcelona con sus coches y convocaron un paro de cuatro horas para hoy.

El cadáver de Luis Pérez Juárez, de 48 años, apareció ayer de madrugada tirado en el suelo frente al número 24 de la calle de Leovigild de Sabadell. Estaba indocumentado y presentaba heridas de arma blanca en el tórax. Junto a él se halló su licencia de taxista, que había sido arrojada desde el coche por el agresor. El vehículo apareció dos horas después en San Adrián del Besós (Barcelona), con restos de sangre.

Una llamada a la Policía Municipal de Sabadell, a las 2.50 horas, alertó de la presencia del cadáver frente a la iglesia Evangélica Filadelfia. La zona es de difícil acceso y apenas circulan los coches de los vecinos. La Policía Nacional se hizo cargo de la investigación. La primera hipótesis es que el asesinato se produjo en un lugar distinto a donde el agresor se deshizo del cadáver y que el móvil pudo ser el robo de la cartera y de la recaudación.

Luis Pérez acudió al Hospital del Espíritu Santo de Santa Coloma de Gramanet a la 1.47 horas para cubrir un servicio solicitado telefónicamente desde la recepción a la centralita de la empresa Taxi Groc tres cuartos de hora antes. Cuando llegó, la recepcionista le explicó que la clienta ya se había marchado, según el presidente de Taxi Groc, Esteban Muñoz. Entonces un usuario del hospital, de raza gitana, le pidió que le llevara a Sabadell, agregó Muñoz.

El fallecido no notificó a la emisora la incidencia. Sin embargo, se sospecha que fue atacado en la misma calle de Leovigild, porque no llegó a parar el taxímetro. Quizá cuando se resistió a dar el dinero, el pasajero le apuñaló y lo lanzó del coche.