Los avatares padecidos durante el 2002 han llevado a Winona Ryder al borde del suicidio. Eso es lo que opinan los médicos que la tratan, en el Hospital Cedars Sinaí de Los Angeles, de su adicción a los fármacos y que la mantienen constantemente vigilada. Ryder ha confesado su intención suicida después de ser condenada por robo.