Juan José Pérez Rangel acogió en un hostal y después en casa de sus padres, en el barrio de La Mina, a la joven rusa de 24 años que conoció a través de la agencia matrimonial Russt. La relación que mantuvieron era más de amigos que de pareja. Dormían en habitaciones separadas y no mantuvieron relaciones íntimas, según personas vinculadas a la agencia, que funciona legalmente en Barcelona. Pérez siempre decía que no quería una mujer sólo "para hacer el amor".

La joven es modelo, universitaria, de 1,76 de estatura, 55 kilos de peso, pelo rubio, ojos azules y con conocimientos de inglés y alemán. Con sólo verla en una foto, Pérez se decidió, firmó un contrato y pagó 1.750 euros (291.000 pesetas). El 11 de enero, ella estaba en Barcelona. Pérez no se presentó en el aeropuerto, pero sí a una cita en el paseo de Gracia. Llevaba la ropa sucia y arañazos en la cara. "He tenido un accidente", alegó. El primer crimen ya se había cometido.