Me arrepiento de lo que hice. Soy un buen marido y un buen padre". Estas palabras fueron pronunciadas ayer por José Manuel Rubio, el hombre que la noche del 21 de noviembre del 2001 mató a su mujer y a sus tres hijos en Tuéjar (Valencia) y que ayer fue declarado culpable por el jurado de la Audiencia de Valencia. El veredicto, decidido por unanimidad, se tomó en pocas horas. El acusado se enfrenta a una casi segura condena de 80 años por asesinato y a una indemnización de 480.000 euros (79,8 millones de pesetas), solicitada por la acusación particular.

En un cuarto de hora, el juicio quedó ayer visto para sentencia, previo veredicto de culpabilidad del jurado popular. La defensa, que en principio admitió el homicidio con el atenuante de enajenación mental por efecto de la cocaína y el alcohol, renunció a la rebaja de la pena a 10 años. Así lo quiso el acusado, que en su último alegato dijo que quería a su mujer y sus hijos "con locura", pero no explicó las razones del crimen.

Su confesión hizo que las partes renunciaran al resto de pruebas, testificales y periciales, y que el magistrado presidente diera por concluida la vista oral.

El fiscal reconoció el arrepentimiento, "lo que evita que los familiares vuelvan a pasar por aquellos dramáticos hechos", aunque admitió que el móvil "quedará para siempre en la mente del acusado". No así los hechos, claros desde el principio.

Rubio admitió que los hechos sucedieron sobre las 20.30 horas en el domicilio familiar, cuando se encontraba acostado en la cama y tomó la decisión de acabar con la vida de su mujer y sus tres hijos. Por lo que se levantó, cogió un cuchillo de la cocina y lo escondió en el pantalón de su pijama.

Rubio degolló a su mujer, Pilar, en el salón de su casa. Luego hizo lo mismo con sus hijos, David, de 5 años; Eva, de 7, y Sara, de 10, que estaban durmiendo.

El asesino se autolesionó con una espada de adorno en un intento fallido de suicidio, que repitió luego lanzándose con su coche por un terraplén. Allí lo encontró su tío, que le acompañó a declarar al cuartel de la Guardia Civil. Según el fiscal, "ni en el momento de los hechos ni ahora", el acusado sufre trastorno mental que influya en su voluntad. El suceso conmocionó a la localidad de Tuéjar, de 1.300 habitantes, situada en el interior de Valencia. Los vecinos coinciden en que José Manuel y Pilar, casados desde 1989, eran un matrimonio "normal".