Los dos tripulantes de una avioneta de la compañía Avialsa, que participaba en las labores de extinción de un incendio, fallecieron ayer al mediodía al estrellarse el aparato en el que viajaban contra una de las laderas de la sierra de Busa, en el término municipal de Navés (Lérida).

Según el testimonio de varios bomberos que trabajaban en la extinción del mismo incendio, la avioneta descendió y descargó agua contra una columna de humo, pero no pudo remontar el vuelo y colisionó contra la ladera de la sierra. El aparato quedó destruido y los cuerpos de los dos ocupantes fueron rescatados completamente carbonizados.

La avioneta estaba pilotada por Jordi Mur, un sargento de Bomberos de Barcelona de 53 años y con una dilatada experiencia en aviación. No era el primer verano que Mur aprovechaba sus vacaciones e incluso algunos meses de excedencia para pilotar avionetas que participan en las labores de extinción de incendios. En el aparato también viajaba como operador de vuelo el joven argentino Adrián Frustaci, de 29 años.

POSIBLE TURBULENCIA La Dirección General de Aviación Civil del Ministerio de Fomento y la Consejería de Justicia e Interior de la Generalitat anunciaron ayer que abrirán sendas investigaciones para esclarecer el accidente. "No se descarta que el piloto se viera atrapado en una turbulencia de aire caliente que le impidiera maniobrar y sortear la montaña", indicaron fuentes de la investigación.

La consejera catalana de Interior, Núria de Gispert, se desplazó al lugar del siniestro y descartó el fallo técnico. "Todos los aviones y helicópteros que, como éste, trabajan para la Generalitat en la campaña de extinción de incendios en verano pasan una revisión exhaustiva", dijo, sin esperar a las investigaciones.

El director general de Emergencias de la Generalitat, Ramon Bonastre, señaló que la avioneta se había incorporado como aparato de refuerzo en el programa Infocat el pasado 15 de junio. Este año, el Gobierno catalán ha contratado los servicios de 24 avionetas y helicópteros, que se suman a los efectivos propios.

En el momento del accidente, el avión siniestrado realizaba una ruta preventiva junto a otra nave, "una práctica que se efectúa a diario en la zona boscosa del Solsonés" (Lérida), aseguró Bonastre. "A las 12.03 horas informaron de que habían avistado una columna de humo en la zona de Busa, y 10 minutos después perdíamos la conexión", relató.