El agente de la Policía Local de Premiá de Mar (Barcelona) acusado de matar y descuartizar a su mujer declaró ayer ante el juez que su arma reglamentaria se disparó por accidente mientras la limpiaba. De lo que ocurrió luego --el cadáver mutilado y metido en una caja sellada con cemento para evitar la afluencia de malos olores--, Juan Antonio Granadal dijo no recordar nada.

La titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Mataró, en funciones de guardia, decretó ayer su ingreso en prisión provisional y sin fianza en la prisión Modelo de Barcelona. El agente de la policía local de Premiá de Mar fue detenido el domingo después de que la Guardia Civil encontrara el cuerpo mutilado de su mujer, Maria del Mar Miñana, en el patio trasero del domicilio.

IMPACTO EN LA CABEZA El presunto parricida aseguró que "su arma se disparó por accidente mientras la limpiaba" y la bala impactó en la cabeza de su esposa, provocándole la muerte. Del resto no se acuerda, según declaró su abogado, Albert González. El detenido sí recordaba que el sábado, dos o tres días después de los hechos --que pudieron producirse el día 23 o 24--, fue a la comisaría de los Mossos d´Esquadra para denunciar la desaparición de su mujer.

Fuentes del caso recalcaron ayer que María del Mar no murió por impacto del proyectil, aunque no desmintieron que el acusado disparara contra su mujer.

Durante las más de dos horas y media que duró la declaración, el detenido sufrió varios ataques de ansiedad, por lo que la sesión se interrumpió a media mañana para trasladar a Juan Antonio Granadal al Hospital de Mataró, donde fue dado de alta unas horas después para volver al juzgado.

Pese a las declaraciones del presunto parricida, la reconstrucción de los hechos no deja lugar a dudas. Sin testigos, sin móvil, sin arma, sin cuerpo. Todos los indicios apuntan a un plan cruelmente premeditado.