La reina Isabel de Inglaterra, de visita oficial en Paris, ha estado en todo momento a la altura de las circunstancias: sonrisa impasible, abrigo, vestido, sombrero, zapatos, bolso, guantes y paraguas perfectamente conjuntados.

La soberana ha llamado una vez más la atención por su indumentaria. Los colores llamativos y sus originales sombreros dieron la nota de exotismo en la capital de la alta costura. Indiferente a las modas, la soberana británica no cambió de estilo, pero sí cambió de traje, al menos, seis veces en dos días.

ANIVERSARIO DE RECONCILIACION La reina, acompañada por su esposo, viajó desde Londres en el tren de alta velocidad francobritánico, en un vagón blindado y bautizado, para conmemorar el centenario de la reconciliación entre ambos países, con el nombre de Encuentro cordial. La reina, que salió de la capital británica vestida de amarillo, llegó a Paris con vestido, abrigo y sombrero de color blanco, a juego con las camisas de los escolares que la acompañaron.

Para la cena de gala en el Palacio del Eliseo también optó por el blanco con pedrería y corona de diamantes. Para la ajetreada mañana de ayer, que incluyó visita al Museo del Louvre y distintas compras en los comercios parisinos, eligió un conjunto en degradados de azul. Ante el Senado compareció con un espectacular modelo en verde manzana, ribeteado de blanco, y sombrero de amazona a juego. Un modelo que, desde luego, no dejó a nadie indiferente.