La inquietud por las situaciones de aglomeración y el temor al desbordamiento domina en la dirección del Fórum. Después de las pruebas del mes de abril, y las quejas de los ciudadanos por las colas, la falta de sombras y las incomodidades en los lugares de comida, tanto el presidente del Fórum, el alcalde de Barcelona, Joan Clos, como su director general, Jordi Oliveras, advierten de que "se tomarán medidas" durante los primeros días, para evitar situaciones de colapso. La primera es que el recinto se cerrará cuando en su interior estén ya 45.000 personas, aunque su capacidad sea mucho mayor.

Con el desafío de lograr, en las 20 semanas, 7,5 millones de visitas, la organización ha distribuido ya 820.611 entradas, lo que asegura más de 1,5 millones de visitantes. Las cifras desbordan las previsiones más optimistas de asistencia, y Oliveras reconoció que se puede poner fin a la venta de los pases de temporada, al haber vendido ya 34.880 pases.

El ayuntamiento dio a conocer ayer el bando que el alcalde Clos publicará el domingo con motivo de la inauguración. En él considera el Fórum como "más necesario que nunca". "Necesitamos encontrar nuevas maneras de resolver los conflictos", asegura Clos en el bando, en el que hace un llamamiento "Que Barcelona sea el orgullo de los barceloneses y el espejo de todas las ciudades".