El plan del Gobierno británico para ampliar el horario escolar ha sido en principio bien recibido por los profesionales de la enseñanza y por el resto de las fuerzas políticas. El proyecto regula y amplía una práctica que ya se da en muchas escuelas del país, donde actualmente se ofrecen desayunos antes de las clases, así como actividades lúdicas al finalizar la jornada. También organizan clubs para las vacaciones.

El plan gubernamental coincide con una encuesta a docentes británicos. El 92% de los profesores del país asegura que los padres no participan todo lo que debieran en la educación de sus hijos, ni les inculcan las reglas más elementales, como los hábitos de higiene.