La primera prueba de la presencia del euskera en Euskadi es mucho más antigua que las conocidas hasta ahora. Los restos localizados por los arqueólogos del yacimiento de Iruña-Veleia (Álava), a 10 kilómetros de Vitoria, descartarían algunas teorías que apuntaban que la actual lengua vasca no provenía directamente de la época prerromana, sino que habría llegado más modernamente desde el sur de Francia. El hallazgo ha localizado los primeros testimonios escritos de palabras comunes en euskera, que podrían datarse entre los siglos III y VI. El primer vestigio conocido hasta ahora era, junto al del castellano, el recogido en las glosas de San Millán, del siglo XI.

Aunque se deberá esperar a los resultados de las pruebas de carbono 14 que posibilitarán datar exactamente los hallazgos, tanto el director de las excavaciones, Eliseo Gil, como los filólogos Hendrike Knörr --vicepresidente de la Real Academia de la Lengua Vasca-- y Jon Gorrotxategi dieron ayer cuenta de la "importancia extraordinaria" del hallazgo.

ENTRE 6 Y 7 SIGLOS Knörr y Gorrotxategi dijeron que, de confirmarse su estimación, la que les ha quitado el sueño "durante días", la presencia del euskera en el País Vasco se adelantaría entre 600 y 700 años.

Las leyendas escritas con alfabeto latino en vasco antiguo aluden a un vocabulario básico. Se trata de palabras comunes referidas a colores --zuri urdin gori-- (blanco, azul, rojo), a verbos como edan, ian, lo (beber, comer, dormir) y términos como el de Jaun (señor). Además, en los restos encontrados en lo que sería una casa constarían otras inscripciones de religiosas como Geure Ata zutan (nuestro padre esté con vosotros).

El hallazgo de Iruña-Veleia supondría la primera referencia escrita de la lengua en su sentido más amplio. Además, se detalló que, con carácter novedoso, las inscripciones permiten ver que se utiliza por primera vez la letra zeta, lo que, según Gil, constituiría una "novedad de ámbito cultural" a tener en cuenta.