Valencia sufrió ayer la catástrofe más grave de la historia del metro en España cuando el vagón cabecero de un convoy descarriló, volcó y luego fue embestido por el segundo vagón. Como consecuencia del impacto, murieron al menos 41 personas y otras 47 resultaron heridas, de las cuales 12 continuaban anoche hospitalizadas, siete de ellas graves. La rotura de una rueda, el exceso de velocidad o ambos factores juntos figuran entre las posibles causas del accidente, como declaró por la tarde el subdelegado del Gobierno en Valencia, aunque luego el consejero de Transportes calificó de "prematura e imprudente" cualquier hipótesis.

Todo sucedió a las 13.02 horas cuando un convoy procedente de la estación de Plaza de España, de la línea 1 del metro valenciano, se disponía a entrar en la de Jesús. De repente, se produjo un gran estruendo y el polvo cegó la visión, pero no hubo incendio. En medio del pánico, los supervivientes salieron como pudieron del túnel, algunos saltando por las ventanas de los vagones, entre cristales rotos y arrastrándose por el suelo. También fueron evacuadas las aproximadamente 150 personas que se hallaban en el andén de la estación. Aunque algunos viajeros declararon que el tren iba muy rápido, los técnicos opinan que la sensación de velocidad se debió a que la vía traza en ese tramo una curva cerrada y el vagón siempre se inclina.

MUCHAS MUJERES Todos los fallecidos viajaban en el primer vagón o, más exactamente, en la primera unidad articulada del convoy, formada a su vez por dos vagones. Muchos eran mujeres que volvían del centro, ahora en plenas rebajas, según relató un bombero. Los cadáveres fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de la Ciudad de la Justicia de Valencia, donde se les practicará la autopsia. El proceso de identificación será lento y complejo, puesto que algunos cadáveres quedaron totalmente destrozados. La policía y los bomberos aseguraron anoche que los muertos eran 41. Los restos de los cadáveres llegaron a los forenses en otras tantas bolsas. Pero fuentes judiciales precisaron que hasta que no se identifiquen todos los restos no podrá fijarse la cifra definitiva. Dos de los 47 heridos están en estado crítico, entre ellos una niña de 11 años.

En un primer momento, la Subdelegación del Gobierno atribuyó el accidente a la trágica combinación de una rueda rota y un exceso de velocidad, pero luego las autoridades autonómicas remitieron a la comisión investigadora que llevará el caso, en el juzgado de instrucción número 21 de Valencia. Una unidad especializada del Cuerpo Nacional de Policía se desplazó desde Madrid para ayudar en la investigación.

Comisiones Obreras acusó a las autoridades de "precipitarse al hablar tan pronto de un fallo humano" y denunció que la línea 1, la más antigua del metro valenciano, sufre un "constante deterioro" y está "falta de conservación". El pasado septiembre, 35 personas resultaron heridas tras un choque en el que se vieron implicadas tres unidades de la misma línea. Javier García, representante de Transportes de la UGT valenciana, recriminó que se haya confiado el mantenimiento de las máquinas a una empresa privada.

EN CONDICIONES Como respuesta, el consejero de Transportes, José Ramón García Antón, informó de que el convoy accidentado había pasado con éxito su última revisión la semana pasada y estaba "en perfectas condiciones para poder funcionar". Según García Antón, los ejes de la unidad fueron cambiados en el 2003. El metro accidentado es un UTA M-300, que está equipado con un sistema automático de velocidad. El conductor maneja el convoy, pero si excede los 50 km/h unas señales acústicas y luminosas le advierten de que está en el límite. A los 70 km/h la máquina recibe la orden a través de la vía y se para por completo. El maquinista del tren siniestrado resultó herido, pero su vida no corre peligro, por lo que su declaración puede ser determinante para conocer las causas del descarrilamiento.

Lo que parece descartado es la hipótesis de un atentado y también el desmoronamiento accidental de una pared lateral del túnel. "No se descarta nada, pero se sabe seguro que no ha sido intencionado", indicó el delegado del Gobierno, Antoni Bernabé.

APOYO PSICOLÓGICO Nueve unidades de los bomberos, medios sanitarios y Policía Local y autonómica ayudaron en las tareas de rescate y la Generalitat preparó un dispositivo de atención psicológica para los familiares. Además, Protección Civil y la Consejería de Sanidad instalaron dos hospitales de campaña en las inmediaciones de la estación.

Los accesos al lugar se cortaron al tráfico, se estableció un perímetro de seguridad. y se suspendió la circulación de las líneas 1 y 2 del metro, que son las que pasan por la estación de Jesús. Asimismo, se cortó el suministro eléctrico de la catenaria para que los efectivos trasladados hasta el lugar del suceso pudieran trabajar con seguridad.