La petición de España de ayuda europea para afrontar la ola de inmigrantes irregulares en Canarias fue ayer acogida con críticas durante el consejo informal de ministros de Justicia e Interior de la Unión Europea (UE) en Tampere (Finlandia). "España no se va a hundir por 25.000 hombres que lleguen a Canarias", afirmó el ministro bávaro de Interior, Gunther Bechstein. Por las regularizaciones masivas de inmigrantes llevadas a cabo el año pasado, Alemania, Austria y Holanda dieron una bofetada a España, que no obtuvo compromiso alguno de apoyo.

Los tres países, que se sumaban así a las recientes críticas francesas al proceso de regularización, denunciaron el "efecto llamada" de esta medida. El comisario de Justicia, Libertad y Seguridad, Franco Frattini, se refirió también en la rueda de prensa al "gran problema de las regularizaciones masivas". Incluso el ministro finlandés de Interior, Kari Rajamäki, señaló que "no deben darse falsas señales" que permitan a las mafias convencer a los inmigrantes irregulares "de que es una vía para obtener un estatuto legal".

EL DINERO DE LOS OTROS El ministro de Interior alemán, Wolfgang Schauble, tras entrevistarse con su homólogo español, Alfredo Pérez Rubalcaba, insistió en el Consejo de Ministros de Interior que "hay que evitar los posibles efectos llamada", y solo expresó un vago respaldo a España, no sin advertir de que "quien quiera resolver realmente un problema, no debe contar solo con el dinero de los otros".

Gunther Bechstein, en nombre de los lander con competencias en inmigración, fue mucho más duro al asegurar que España no se hundirá por la llegada de inmigrantes y, no sin malicia, el ministro bávaro recordó que Alemania soportó en solitario 448.000 refugiados de golpe durante las guerras balcánicas.

España solo recogió un respaldo verbal de sus socios europeos, pero no obtuvo la promesa que quería de más barcos, aviones y fondos. Italia y Malta no tuvieron mejor suerte. Francia y Alemania expresaron su disposición a contribuir con aviones a la futura patrulla marítima en el Mediterráneo propuesta por la Comisión Europea, pero no concretaron nada. Grecia, por su parte, ofreció un buque para patrullar el Mediterráneo central. Frattini, ante la falta de respuesta a la petición de solidaridad con España, Italia y Malta, advirtió a los ministros de que "si no se comparte la carga, los países se verán forzados a asumir a la gente", porque los inmigrantes irregulares tienden a desplazarse hacia el interior de la Unión Europea.

Los países sí coincidieron en la urgencia de repatriar a los irregulares de forma inmediata, para quebrar la propaganda de las mafias que fomentan ese tráfico, pero quedó implícito que cada país debía responsabilizarse de las repatriaciones de los sin papeles de su territorio.

DEFENSA INFRUCTUOSA El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, infructuosamente calificó de "falsa" y "demagógica" la vinculación de la regularización española con la actual ola de inmigrantes y recordó que la gran mayoría de personas que se legalizaron eran latinoamericanos.

Mientras, el drama de la inmigración ilegal continuó ayer en Canarias con la llegada de tres cayucos con 230 inmigrantes irregulares, entre ellos unos 20 menores.