El semanario Stern abrió ayer una guerra periodística en contra del caso Natascha Kampusch, la joven austriaca secuestrada desde su infancia hasta su juventud (ocho años en total) por Wolfgang Priklopil, muerto por suicidio tras escapar su víctima. La madre de Natascha, Birgitta Sirny, conocía al raptor de su hija. La revista sustenta la acusación en el testimonio de una vecina, Anneliese Glaser, que asegura que reconoció a Priklopil cuando se publicaron sus fotografías como el hombre que había entrado en alguna ocasión en una tienda de alimentos en la que trabaja la madre.

La historia de Kampsuch ha conmocionado a Austria, pero los claroscuros del suceso han abierto muchos más interrogantes que respuestas. Ese terreno ha comenzado a ser abonado por Stern. "Una madre asquerosa" que pegaba a la niña antes del secuestro, según la define una vecina.

AFIRMACIONES DESCONCERTANTES Las revelaciones de Stern son extremadamente atrevidas, pero no se trata de un semanario sensacionalista. Publica desconcertantes afirmaciones que, eso sí, no se sustentan aún con con pruebas. Entre las más llamativas destaca que circulan por Viena en busca de comprador --dice Stern-- un conjunto de fotografías realizadas por la hermanastra de Natascha en las que esta aparece, provocativa, vestida con botas altas y una vara en la mano.