El temporal de viento y lluvia sufrido estos días por la costa gallega ha deparado un álbum de estampas dantescas: avenidas y plazas convertidas en cauces fluviales, coches destrozados, niños evacuados de las escuelas en tractores y playas rebozadas de cenizas arrastradas por el agua desde los bosques incendiados este verano. Ese lodo ha llegado incluso a los caladeros, poniendo en peligro la campaña de marisco.
Municipios como el coruñés de Cee registraron ayer su cuarta inundación en un mes y las calles están cubiertas el lodo. En Oia (Pontevedra), la lluvia reventó las tuberías de agua y ahora unos 500 vecinos se abastecen por camiones cisterna. En el mar seguían buscando, ya sin esperanza, a Constantino Rama, patrón de un pesquero que naufragó el martes en Muros.
A orillas de ese mismo mar, las cofradías de mariscadores se desesperan. En la ría de Pontevedra, como en tantas otras, dan por perdida la mitad de la producción de berberecho y almeja. En años anteriores, las lluvias causaron grandes problemas porque el exceso de agua dulce en las rías aumenta la mortalidad de las especies. Pero esta vez, la acción del lodo agrava aún más la situación porque el marisco no puede respirar. La campaña de Navidad peligra y los productores auguran que el precio del marisco se disparará.
Los ecologistas creen que los incendios del verano tienen mucho que ver. La Asociación para la Defensa Ecológica de Galicia sostiene que la ausencia de vegetación impide la retención del agua de lluvia y por eso se forman riadas de barro. Además, apuntan que la mala planificación urbanística agrava el problema al dejar construir casas en zonas con riesgo de inundación.
La situación empezó ayer a calmarse. El viento era más flojo y las lluvias, más débiles. El pronóstico es de tiempo seco hasta el domingo. Pero el final del temporal meteorológico ha traído el inicio de la tormenta política. En el Parlamento gallego, el líder de la oposición, el conservador Alberto Núñez Feijoo, calificó el desastre de los últimos días como "un nuevo Prestige", y acusó al Gobierno autonómico de falta de previsión. El presidente gallego, el socialista Emilio Pérez Touriño, tildó a su oponente de "catastrofista" y recordó que la Xunta impulsará un paquete de medidas para las zonas afectadas.
Mientras, en Huelva, la Guardia Civil seguía ayer buscando sin éxito a la mujer desaparecida hace tres días cuando su vehículo fue arollado por las fuertes riadas provocadas por el temporal que azotó la región.