Las cuchillas cortantes que coronan la doble valla que recorre los nueve kilómetros de perímetro fronterizo que separan Melilla de Marruecos tienen los días contados, según anunció ayer el delegado del Gobierno en la ciudad autónoma, José Fernández Chacón. El representante del Ejecutivo explicó que la concertina situada en lo más alto de estas verjas de seis metros de altura se suprimirá a partir del día 26.

Esta actuación coincidirá con la finalización de los trabajos de instalación de un entramado con 1.200 kilómetros de longitud de cables de entre tres y 12 centímetros de grosor, destinados a retardar los intentos de entrada ilegal de inmigrantes.

El Gobierno asegura que este sistema no es lesivo, al contrario que los elementos punzantes y cortantes, que han originado decenas de heridos entre los subsaharianos que han escalado las alambradas. Este hecho motivó las quejas del Defensor del Pueblo, de partidos y oenegés por las lesiones que causaban a quienes intentaban saltar la valla.

SIN CONCERTINAS El delegado del Gobierno subrayó que no habría "ninguna concertina en ningún tramo de la valla". El Ejecutivo ha empleado un año para poner un sistema de cables trenzados que irá en el espacio entre las dos vallas "con características únicas en el mundo" y por cuyo diseño ya se ha interesado EEUU, que podría aplicar el modelo en la frontera con México.