Vientos de más de 130 kilómetros por hora, intensos aguaceros y nieve por debajo de los 700 metros. El noreste peninsular se vio afectado ayer por un fuerte temporal que provocó numerosos destrozos y obligó a cortar algunas carreteras. Las zonas más septentrionales fueron alertadas por Protección Civil ante la previsión de que hoy el tiempo seguirá convulso, un aviso que afecta a 14 comunidades --incluida Aragón--, entre las que están además Canarias, Extremadura, parte de Andalucía y Baleares, que sufrieron continuos vendavales, algo que también sucedió en Francia, donde murió una persona y más de 400.000 hogares se quedaron sin luz.

Galicia volvió a encabezar la lista de agravios. En algunos puntos de la costa, las rachas huracanadas superaron los 130 kilómetros por hora y derribaron más de un centenar de árboles y tendidos eléctricos, lo que obligó a cortar varias carreteras. En Vila de Cruces (Pontevedra), el viento desprendió parte de la cubierta de un instituto de secundaria, lo mismo que ocurrió en un centro educativo de Orense. También hubo inundaciones en Vilagarcía de Arousa (Pontevedra).

Algunas de las imágenes más espectaculares de la jornada, no obstante, se produjeron en Cantabria y el País Vasco. Una de ellas la protagonizó un barco de grandes dimensiones en el puerto de Ondarroa (Vizcaya). Las ráfagas de viento y la violencia de la marea liberaron del amarre a la embarcación, que viajó cinco kilómetros a la deriva hasta el pueblo vecino de Mutriku (Guipúzcoa) sin que nadie quedara herido. En cambio, quien sí sufrió contusiones fue una mujer de San Sebastián, que fue arrollada por una ola enorme en el paseo Nuevo de la ciudad.

Aparte de Euskadi, otra de las zonas que llenaron la lista de agravios fue Castilla y León, donde la Guardia Civil buscaba ayer a una montañera que se despeñó por un barranco del Pico Curavacas, en Palencia.